Ramiro López, un referente en las casetas de Lugo, destaca por su equipo y critica la burocracia local

La tradición de las casetas en Lugo sigue viva y moviendo pasiones con muchos días por delante. Ramiro López, un hostelero de éxito y décadas de experiencia, ha logrado mantenerse a la vanguardia del sector gracias a su dedicación, calidad y servicio, algo que no es casualidad

Chema Núñez

Lugo - Publicado el

2 min lectura

      
      
             
      

Un equipo de trabajo excepcional en tiempos difíciles

Mientras la hostelería en general sufre por la falta de personal y la baja predisposición de los trabajadores, Ramiro López destaca que, este año, cuenta con el mejor equipo en mucho tiempo. Ejemplos de ello son Simona, la pulpeira que lleva 13 años a su lado, e Inocencia, que corta el pulpo de manera impecable. Incluso hay quien recorre toda Galicia, como Ada, una joven de Cangas, para trabajar con él, ya sea en el Val dos Soños o en su caseta de las fiestas. Su equipo, lejos de la problemática común en el sector, se convierte en un pilar fundamental del éxito de su negocio.

La satisfacción de ver a la gente disfrutar

Para Ramiro López, lo más gratificante de estas fiestas no son solo los logros empresariales, sino ver cómo la gente se lo pasa bien. En su caseta acuden personas maravillosas, y Ramiro se siente profundamente honrado de poder contribuir a la alegría y el disfrute de los asistentes. "Es un orgullo enorme ver a tantas personas disfrutando, sabiendo que su paso por aquí es una parte importante de la experiencia", comenta con emoción.

Burocracia y obstáculos en las casetas del pulpo

A pesar de su éxito, Ramiro no oculta su descontento con la burocracia local. Este restaurador, nacido en Duancos, Castro Rei, lamenta la falta de comunicación con las instituciones y se queja de la decisión de cerrar la Rúa Frai Plácido Rei Lemos, una de las calles de acceso a su caseta. “Aparte da imaxe que damos”, comenta, la calle cerrada se ha convertido en un obstáculo para los visitantes y una potencial trampa en caso de emergencias, al dificultar posibles evacuaciones.

El reto de mejorar para el próximo año

Con la mitad de la campaña ya transcurrida, Ramiro es consciente de que las quejas no servirán para este año, pero confía en que para el próximo se tomen medidas que faciliten el acceso a las casetas y mejoren la experiencia tanto para los visitantes como para los hosteleros. Mientras tanto, sigue ofreciendo su profesionalidad y servicio impecable, fiel a su estilo, pero esperando que las condiciones mejoren para el futuro.

Así, entre éxitos y desafíos, las casetas de Lugo continúan siendo un referente en la tradición gallega, y figuras como Ramiro López mantienen viva la esencia de esta celebración popular.