Las entradas para la final de Copa del Rey salen a la venta

Los más de 20.000 abonados del RCD Mallorca tienen desde este martes 19 de Marzo y hasta las 23:59h del día 25 de Marzo para comprar entradas para la final de la Copa del Rey.

La venta es en la página del club en internet y exclusiva para abonados. Aquellos abonados que no puedan o no quieran ir a la final pueden ceder su derecho a la entrada a otro aficionado. A las 10h es el pistoletazo de salida para la final de la Copa del Rey para los seguidores.

La imagen no será la de las colas en el Estadio para comprar una entrada sino la de cada aficionado interesado haciendo la operación en su teléfono u ordenador para comprar la entrada deseada. Las entradas más económicas cuestan 40 euros pero son de visibilidad reducida, a pie de campo y con poca visión en el Estadio de la Cartuja. Las más caras son las de 220 euros. Se pueden comprar entradas para grupos de hasta seis abonados. Las entradas son nominales e instransferibles. El club informa de que se reciben las entradas en formato digital en el correo utilizado en el proceso de compra.

Para comprar la entrada se debe identificar con el número de abono y fecha de nacimiento.El abonado "podrá decidir el asistente al partido" y añade el Mallorca que las entradas "sólo estarán en formato digital". En la tabla de entradas también las hay para diversidad funcional que incluye acompañante.

El responsable en taquillas de la venta de entradas para la final, Enrique García, avisaba sobre casos de posible reventa que "las entradas estarán monitoreadas y sabremos exactamente qué uso se le da a esa entrada", por lo que en caso de que esto ocurriera se pondrían en contacto con el abonado en cuestión y sería cancelada la entrada.

La locura por las entradas sobre todo en Bilbao, donde la mitad de los socios se quedan sin entrada por tener más de 40.000 abonados, ha llevado incluso a ofrecer un chalet con piscina una semana para verano a cambio de dos entradas según recoge hoy Última Hora.

Siguen contratándose aviones y barcos.-

En cuanto al desplazamiento, el club tiene ahora mismo cubiertas más de 16.000 plazas de avión y barco y sigue buscando aviones y barcos para llegar a los 20.698 que tienen derecho a entrada. En las últimas horas se han incorporado aviones de Ryanair y un barco más, pero sin duda es Air Europa la compañía que más aviones aporta. Se está ampliando la operativa a través de Madrid ya que es más factible el desplazamiento por el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por capacidad y frecuencia. Además el aeropuerto de Sevilla cierra a las 3hde la madrugada, por lo que los que regresan por Sevilla si hubiera prórroga y penaltis podrían quedarse atrapados hasta la mañana siguiente. Aquellos que van por Madrid o en barco desde Denia o Valencia cubren el resto del desplazamiento en autocar.

Se están dando combinaciones de todo tipo, desde seguidores que van por Canarias a otros por Italia, o por Ibiza directos a Sevilla para regresar por Italia. Las combinaciones son múltiples.

El debate sobre la obligación de la tecnología.-

Este sistema de la RFEF supone una clara marginación hacia los aficionados al fútbol de cierta edad o que simplemente no quieren emplear un teléfono inteligente.

Esta situación nos lleva a un debate más amplio sobre la obligación al empleo de tecnología por parte de la administración, bancos y entidades de todo tipo como por ejemplo clubes de fútbol, liga o federación. Obligan a "pasar por el aro" de los teléfonos inteligentes e internet.

En el caso de personas que no empleen la tecnología, deberán ser familiares quienes les completen el proceso de compra y llevar un teléfono para la final. Muchos se preguntan qué pasa si se les acaba la batería del teléfono, se les estropea o lo pierden, camino a Sevilla. La carga del teléfono será fundamental y aquellos que viajan en barco y autocar deberán ser los más cuidadosos para ir cargándolos.

En la fan zone de la Cartuja habrá puntos de carga pero obviamente no para miles de seguidores. En el tertulión futbolero, el ex capitán bermellón Chichi Soler lo dejaba claro, "si yo voy a comprar algo lo quiero tener en mis manos".