¿Qué actividades ayudan a los escolares con discapacidad auditiva a tener una vida más plena?: Superar una sordera profunda

"Ibrahim es un niño que acaba de cumplir 5 años. Es un niño normal, movido. Se aburre rápido, no se queda quieto, quiere jugar, se tumba en el suelo"... Son las palabras de Dorsaf, la madre de Abraham, o Ibrahim, como cariñosamente le llaman en casa y en el colegio. 

Nació en el año 2019, en el Hospital San Pedro de Logroño, y lo hizo con una circunstancia que le acompañará toda su vida: Una sordera profunda. A las 72 horas de nacer, los médicos le comunicaban a sus padres que sufría una hipocausia severa. Tan solo tiene un pequeño porcentaje de escucha en uno de sus conductos auditivos.

un problema poco común

Isabel Olleta, logopeda y audióloga, trata al año con siete niños que han nacido con algún tipo de discapacidad auditiva como la de Ibrahim o parecida. Su caso es el más extremo. Nos cuenta que nacen en La Rioja anualmente entre tres y cuatro niños con este tipo de problema.

El proceso hasta determinar si será necesario implantarlo o no es muy rápido e incluye a varios sujetos entre medias. Primero el otorrino es quien realiza las diferentes pruebas para indicar cual es el nivel auditivo del niño, de ahí, dependiendo de lo que digan esos tests se le deriva a la Unidad de Implante Coclear del País Vasco.

Allí se realizan más pruebas físicas, un poco duras a veces, y finalmente, dependiendo de lo que vea el especialista, se acaba determinando si se operará o no. La colaboración entre todos, otorrinos y logopedas, es clave para que el tratamiento del niño sea lo más efectivo posible.

las actividades que ayudan a estimular su escucha y habla

Acudir al logopeda es clave para que tengan una vida más plena. Olleta nos cuenta que varias sesiones a la semana puede ayudar mucho. En dichas sesiones se realizan actividades de lectura para mejorar el habla, pero no solo eso. También hacen pruebas de memoria y demás tipos que hacen que sus capacidades se vean incrementadas.

Por otra parte, Andrea Echazarreta es directora de un centro de atención temprana y trabaja con Ibrahim desde verano. Ella asegura que son niños que buscan más el afecto y el apego a las personas. En su centro trabajan cosas muy sencillas, pero que para niños como Ibrahim son más difíciles. Hablamos de procesos como vestirse o jugar con otros niños.

"Trabajamos en el aprendizaje del vestido y desvestido, también en el tema de la alimentación. Además, niños que necesitan una anticipación o una estructura de su día a día, trabajamos con ello, y enseñarles a relacionarse y jugar con otros niños de su misma edad", asegura Echazarreta. 

Dorsaf, la madre de Ibrahim, lo ha apuntado a varias actividades deportivas. Una de ellas es natación, pero en la que más mejoría nota es tras las sesiones de boxeo: "Del día que empezó boxeo con su entrenador se le nota, es otro. Se le nota más mayor, entra y sale contento. Le tratan muy bien y entiende que tiene que respetar las normas y a esperar su turno. Ayuda mucho".