'Conociendo Navarra': la sierra de Codés

Nuevo episodio de "Conociendo Navarra". Alberto Sanz y Patxi Pérez nos acercan hasta la Codés.

Hoy nos vamos al extremo occidental de nuestra comunidad, vamos a conocer la sierra de Codés su entorno y en especial el santuario de la Virgen de Codés y algunas de las historia y leyendas en torno a él.

Podríamos decir que la sierra de Codés es la muga natural con las provincias de Alava y La Rioja y es una de las montañas más emblemáticas de Navarra.

Se trata de una sierra cuyas cotas máximas alcanzan los 1.400 metros y que divide el Valle de Campezo y la Depresión del Ebro, quedando unos pocos kilómetros al norte del Camino de Santiago. Comprende el conjunto de peñas que se extienden desde la Sierra de Cantabria hasta Dos Hermanas.

El 75 % del territorio de Sierra de Codés está cubierto de bosques, entre los que predominan los carrascales junto a otro arbolado de gran interés. Por ejemplo, bosques de marojo, hayedos en las partes más altas, en los valles hay robledales y, a orillas del Ega, crecen alisos y olmos.

En las paredes rocosas de este singular conjunto habitan y crían buitres leonados, halcones peregrinos, águilas reales, alimoches, búhos reales y chovas piquirrojas. Además, entre los roquedos vuela otro de los mayores tesoros de este lugar: la mariposa Apolo, a las que se reconoce por su gran tamaño, su color blanco y los ocelos rojos enmarcados en un círculo negro que adornan sus alas posteriores.

¿Cuáles son las cumbres más representativas de la sierra de Codés?

Las cumbres más conocidas son la de Ioar, que es la más alta de la sierra, y La Plana, ambas son de primera categoría, y las panorámicas que hay desde las cumbres desde luego que merecen el esfuerzo de subir hasta allí arriba sentarte y disfrutar

Otro de los lugares excepcionales de la zona es el Santuario de Nuestra Señora de Codes.

Está situado en la localidad de Torralba del Rio y es un lugar de devoción mariana, de origen legendario, que comenzó a difundirse en el siglo XVI, tuvo su apogeo en los siglos XVII y XVIII, entró en crisis a causa de los conflictos bélicos que afectaron a este lugar en el siglo XIX, y comenzó a recuperarse a comienzos del siglo XX.

Tiene un origen legendario, cuenta la tradición que el rey visigodo Leovigildo, en el año 575, en una de las campañas emprendidas para someter a los pueblos del norte, atacó y destruyó la población situada en el Monte Cantabria, en las proximidades de Logroño. Algunos de los atacados pudieron escapar y lo hicieron llevando consigo las reliquias más preciosas y una imagen de la Virgen. Encontraron refugio «en las montañas de Torralba», la actual Sierra de Codés, y, para evitar que fueran profanadas, enterraron la imagen de María y las reliquias que habían salvado del ataque visigodo. Como suele ser habitual en este tipo de relatos, al cabo del tiempo se perdió el recuerdo del emplazamiento de la imagen y de las reliquias, hasta que, siete siglos más tarde, un pastor las descubrió en una ermita que estaba prácticamente cubierta por espinos y dio cuenta del prodigioso hallazgo. De esta manera comenzó la devoción a la Virgen de Codés. Al margen de la leyenda, existe constancia de que en la Edad Media hubo aquí una ermita que perteneció al cercano monasterio benedictino de san Jorge de Azuelo.

En el siglo XVI comenzó el apogeo del santuario gracias a dos acontecimientos milagrosos, en primer lugar, el relacionado con el rehén del bandido Juan Lobo que tras rezar a la virgen fue transportado desde la guardia al santuario donde fue liberado. El segundo es el milagro de Juan el ermitaño que sano a un joven con una herida en el cuello poniéndole un paño bendecido en forma de cruz sobre la herida. Así comenzó la fama del poder milagroso de los «lienzos bendecidos de Codés», a los que se les atribuía la capacidad de curar un gran número de dolencias y heridas.

Impulsada por la fama de las curaciones milagrosas, la devoción a la imagen de María de Codés, a partir del siglo XVI, se expandió por las tierras de Navarra, La Rioja y Álava, lo que provocó que el santuario gracias a las limosnas y donaciones creciese y es entonces cuando se derriba la primitiva ermita medieval y comienza la construcción del templo actual obras que acaban en el siglo XVII.

El siglo XIX fue complicado para el santuario, en primer lugar, durante la guerra de la Independencia fue acuartelamiento de los dos bandos, además de sufrir el saqueo de las tropas francesas en 1809. En segundo lugar, durante la Primera Guerra carlista, en concreto en 1837, el guerrillero liberal Martín Zurbano lo saqueó, tomó rehenes y dio fuego a la hospedería. Por último, la tercera guerra carlista termino de arruinar el lugar.

Es en 1901 cuando se constituye una cofradía para recuperar y fomentar otra vez el culto en el santuario.

Hay una expresión popular en la zona que es: “Por Pentecostés… ¡Todos a Codés!”, expresión que refleja cuando se produce la romería principal al santuario, aunque cada pueblo tiene la suya propia.

Hoy hemos dado todos los palos, naturaleza, religión, cultura, historia, leyendas… pero ya sabes que me gusta acabar hablando de comer.

Ya sabes que en cualquier rincón de nuestra comunidad tenemos algún lugar en el que se come estupendamente y también nos podemos acercar a Viana por ejemplo, localidad de la que también hablamos y recorrimos en alguna ocasión.