La drástica decisión de una mujer de Vitoria que ha cambiado su vida para siempre: "La manta a la cabeza"

El próximo 1 de julio el único bar del pueblo alavés de Armiñón volverá a latir. La Junta Administrativa ofreció alquilarlo por 150 euros al mes más el abono del 25% de la factura de la luz y hubo un "aluvión" de llamadas.

Raquel Sancho ha sido la elegida en el casting y en COPE Euskadi ha compartido su "ilusión" y la de los vecinos, que le ovacionaron en la firma del contrato. "Estaban deseosos, nos aplaudían, ¡bien, por fin el bar!".

"Un pueblo sin bar es una tristeza, es un sitio de reunión donde te juntas y en verano los pueblos se triplican", ha señalado Raquel.

Más precedentes

Armiñón no es muy grande, tiene 225 habitantes y recuperar el bar era esencial para ellos.

Existe una Euskadi vaciada donde los servicios esenciales van desapareciendo, no solo ambulatorios, curas o cajeros, también locales hosteleros, puntos de encuentro social.

Lo mismo ocurrió hace un año en Lagrán, también en Álava, donde la Junta Administrativa recurrió a la misma fórmula añadiendo la vivienda gratis.

Conocido por los atascos

Raquel solo conocía el pueblo por los "atascos" que se forman en el nudo de Armiñón cuando empiezan las vacaciones, pero está encantada con la "aventura". Ya ha descubierto "unas piscinas naturales muy coquetas para pasar el día".

Admite que le impone gestionar por primera vez un negocio hostelero. Hace 7 años que no trabaja en el sector, ahora era interina en el servicio de limpieza del Gobierno vasco, pero tras hablar con un amigo que conocía al anterior gerente del bar se lió "la manta a la cabeza". "Siempre es el boca a boca".

Con cautela

En julio Raquel abrirá la barra, se lo plantea como un mes de "adaptación", y en agosto pondrá en marcha los fogones. Se ha convertido en una nueva autónoma que advierte: hay muchos gastos extra más allá de los 150 euros del alquiler del bar.

Armiñón será su nuevo lugar de trabajo, al que se desplazará desde Vitoria, pero está abierta a que se convierta también en su hogar. "No he descartado irme a vivir allí".