José Ramón, estudiante de 52 años en Egibide, Vitoria: "Me siento activo y útil"

El mercado laboral exige cada vez más formación, y muchos vascos mayores de 35 años están respondiendo a este desafío con una vuelta a las aulas. En concreto, en Euskadi este curso, 2.627 personas de ese rango de edad  se han matriculado en Formación Profesional (FP). 

En el centro Jesús Obrero-Egibide de Vitoria, el mayor de la CAPV, entre 420 y 450 alumnos asisten a clases nocturnas en los últimos años.

clases intergeneracionales

José Ramón, de 52 años, es uno de ellos. Trabaja en una fábrica durante el día y, por la noche, estudia un grado superior. “Lo hago por inquietud personal y porque el mercado lo requiere. Es duro, pero el ambiente es muy positivo, nos pasamos los apuntes”, cuenta entre libros a COPE Euskadi. A pesar de su agotador horario, se siente satisfecho por mantenerse “activo socialmente” y “sentirse útil”. 

No se irá de viaje al acabar el curso, “eso para los jóvenes”, pero sí lo celebrará con un “picnic”.

Mejores notas por la noche

Los alumnos nocturnos tienen perfiles muy diversos: desde jóvenes de 20 años que buscan reorientar su carrera porque “no les llena” la especialidad escogida, hasta adultos de más de 50 que desean mejorar sus oportunidades laborales.

Según Roberto, coordinador de las clases nocturnas, los estudiantes mayores suelen mostrar mayor “compromiso” y dedicación. "Muchos vienen del mundo laboral y buscan nuevas oportunidades", explica en nuestros micrófonos.

"Es muy gratificante como profesor, ves alumnos que han conseguido promocionar en la empresa o cambiar a otra, alumnos que en su momento estaban con 16 años en mi clase y 10 años después los veo más motivados".

El horario nocturno no es un obstáculo para el éxito. De hecho, estos alumnos, motivados por sus propias experiencias, logran “mejores notas” y eso que están abocados a estudiar los "fines de semana" si trabajan. Para Roberto, es una opción que da frutos laborales y que recomienda sin dudar.