Perdonar sería quitar importancia al asesinato de mi abuelo

Cristian Matías, nieto de Manuel Albizu

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Cristian Matias

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

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El 18 de marzo de 1976 ETA asesinó de dos disparos en la cabeza a Manuel Albizu Idiaquez. Manuel conducía un taxi los fines de semana para sacar algo más de dinero para su familia. Aquel día, fue parado por un cliente que resultó ser un miembro de la banda terrorista.

Al llegar a un cruce a la altura de Guetaria (Guipúzcoa) le obligó a desviarse a una zona apartada donde el etarra sacó su arma y le descerrajó dos disparos en la cabeza. Manuel Albizu murió en el acto. El terrorista huyó del coche y dejó allí a Manuel muerto. Una pareja de novios que pasaba por la zona fueron los que encontraron el cuerpo ensangrentado y sin vida de Manuel.

ETA le acusó de confidente de la Policía.

“Mi abuelo era una persona trabajadora y muy querida en el pueblo que para nada tenia historias políticas ni se le conocía afiliación de ningún tipo”

Manuel Albizu vivía muy cerca de la casa cuartel de la Guardia Civil de Zumaia y todos los servicios de taxi que requerían desde el cuartel se los encargaban a Manuel por una relación de confianza basada en la vecindad. “Y este fue el detonante, lo que hizo que se corriera el rumor por el pueblo de que si mi abuelo pasaba información. De que si le habían visto contando dinero saliendo de la casa cuartel. Un montón de bulos que le pusieron en la diana”.

“En cada asesinato, en cada atentado ETA siempre busca un motivo para justificarlos” cuenta el nieto de Manuel Albizu, Cristian Matías, quien no quiere perdonar porque son los terroristas los primeros que no quieren pedir perdón.

Manuel Albizu Idiáquez, de 53 años, estaba casado y tenía 4 hijos con edades comprendidas entre los 11 y los 25 años.