Elena Aker, la arpista en Cartagena que va a hacerse rica en gominolas

El talento de Elena Aker sigue encandilando a quienes pasean por el centro de Cartagena. El sonido de su arpa tiene algo hipnótico que hace que niños y mayores hagan algo que pasa pocas veces y es que despegan sus ojos de los dispositivos móviles que les llevan casi en un mundo paralelo. En cuanto suenan unos acordes es automático, se paran los rápidos que corrían con prisas. Muchos reconocen que pierden la noción del tiempo al dejarse llevar por sus melodías.

Echan la moneda, pero no se van. Compran uno de sus cds, pero siguen atentos a la marcha de ese delicado instrumento y de las sonrisas de Elena.

No pasa siempre de forma casual. Ella lo sabe. "Hay personas que vienen casi todos los días. Se sientan en la terraza y toman su café mientras escuchan mi música. Es su momento de desconexión y es muy bonito. Siempre son los mismos y buscan la compañía de la música para tomar su café, el zumo o una cerveza".

Los más sensibles a su música dice que son los jóvenes e incluso los niños.

Chocolatinas y dulces

La ternura que desprende su melodía atrae también a los más pequeños de la casa. Elena reconoce que es superbonito ver cómo los niños de las excursiones escolares se paran y disfrutan de la música siempre que los profesores les permiten la parada. Disfrutan de los acordes y pagan el espectáculo con lo que llevan encima. "Hay días que me dejan golosinas, algunas veces han dejado el cesto lleno de chocolatinas e incluso algunos caramelos ya empezados. Es supertierno ver como aprecian el arte y dan lo que tienen. Es muy bonito".

Esas 'chucherías' están cargadas de amor y de reconocimiento a la artista.

Esta madrileña no solo se ha hecho con su espacio, sino que se ha convertido en un fenómeno que se echa de menos cuando se ausenta. La gente pregunta su paradero temiendo que haya buscado otro lugar. Charla animadamente con quienes ya son su público fiel y van solo para verla tocar durante un rato. Ya va conociendo a la gente.

La reina de la calle cursó sus estudios de música en el Real Conservatorio de Música de Madrid y, también, a través de la Royal School of Music (Londres). Aprendió a tocar el arpa junto a la maestra Zoraida Ávila, de origen venezolano y discípula, a su vez, en el Conservatorio de Moscú, de la maestra Vera Dúlova. Se puede conocer más de su trabajo en Elenaaker.com.