Qué es la nomofobia y cómo te afecta en el día a día
Empieza a ser un tema recurrente en las consultas psicológicas y especialmente entre los adolescentes
Murcia - Publicado el - Actualizado
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La vida va cambiando de forma vertiginosa y la llegada de muchas de las tecnologías ha terminado de dar un vuelco a nuestro día a día. Traen soluciones a muchas cuestiones y hacen que parte de nuestra existencia sea mejor, pero como todo, también entrañan nuevos peligros. Es complicado en la actualidad vivir sin móvil. Este aparato ha nacido para conectar, para acercar y para ayudar en cuestiones importantes. Ya se trabaja desde el móvil y se usa hasta en los colegios.
Además, es obviamente un aparato para el disfrute y las comunicaciones a través de redes sociales. Pero también está teniendo una incidencia en cuestiones no tan positivas. El término nomofobia es el miedo irracional a estar sin el móvil, a no estar conectados 100% al mundo. Todavía no se ha aceptado oficialmente como una patología, pero empieza a ser motivo de consulta ante los profesionales de la psicología.
Panorama desolador
El psicólogo y educador Javier De Haro ya ha encontrado padres que han llevado a sus hijos a la consulta por este motivo. Admite que en los adultos es una tendencia usar mucho el teléfono, pero que es un mal que afecta sobre todo a los adolescentes que ya han nacido con un dispositivo en las manos. Lo primero es detectar y asumir que se tiene un problema y así se considera cuando interfiere en el día a día. "Se ponen irascibles. Las relaciones son cada vez más pobres. Tienen ansiedad si se agota la batería. No se concentran al estudiar, ni descansan por la noche".
Limitar el uso es necesario, porque entraña muchos riesgos para mentes en crecimiento y no solo por los contenidos que ven, sino por el tiempo inadecuado que le dedican. Las imágenes de acontecimientos que no se disfrutan, pero se graban, es desoladora, aunque más las parejas que comparten comida en una terraza mientras trastean sus smartphones por separado.
De Haro pone el foco en otros dos malos gestos que provoca el uso inadecuado. "Cuando te paras con alguien y mitad de charla sacas el teléfono es muy negativo y qué decir de la gente que prefiere llegar tarde para cargar el móvil y no quedarse sin batería".
Cómo ir dejando atrás este síndrome
El especialista da una serie de trucos para ir saliendo del bucle telefónico. "Asumir que no podemos tener el móvil en la cama o en la mesa o que no hace falta contestar todo con inmediatez es el primer paso. Nacieron para conectarnos y cada vez los jóvenes se alejan más de los amigos".
Considera que ha sido un gran paso prohibir los móviles en el cole, pero hay que poner el foco en casa. "Tiene que haber momentos sin teléfonos; desayuno, comida y cena y no vale tenerlo en el bolsillo y no solos los niños. Todos debemos cumplir".
Otro caso es cuando estamos sin ocupación clara. "Cuando nos aburrimos tendemos a coger el móvil y hay que sustituirlo por leer o hacer ejercicio". Recomienda también desinstalar aplicaciones que nos enganchan, como un juego o redes sociales, "si ves que pierdes mucho tiempo y te afecta, tiene que ir fuera".
Sacar el móvil de las rutinas. "No necesitamos el teléfono para comprar el pan, pasear al perro o para contar un cuento al niño", indica el educador, que pide también una reflexión. "Ser conscientes de esas situaciones inadecuadas en las que usamos el móvil y que hacemos de forma inconsciente como usar el teléfono en presencia de otras personas, dejando de prestarles atención".