Soledad Becerril y Antonio Garrigues Walker 'intentan' arreglar el mundo en 'Diálogos'

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Soledad Becerril y Antonio Garrigues Walker 'intentan' arreglar el mundo en 'Diálogos'

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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A Soledad Becerril, de pequeña la llamaban Marisol. Es la menor de 4 hermanos. Madrileña de nacimiento y sevillana de adopción, practica la sobriedad como una religión, hasta el punto de que su trasiego por la política en la que lo ha sido casi todo, aparece relatado en su autobiografía como si el suyo hubiera sido el devenir normal de una mujer de su época. Escribe sus memorias porque no quiere olvidar y ‘Años de Soledad’ es eso; un recorrido por 50 años de la historia reciente de Andalucía y España de la mano de quien fundara la revista ‘La Ilustración Regional’, de quien fue diputada, ministra de Cultura, alcaldesa de Sevilla, senadora y Defensora del Pueblo. No se define como feminista pero en varios de estos cargos fue pionera. Ser mujer era tenerlo siempre más difícil y en un partido de centro-derecha suponía además tener que demostrar que su dedicación era una vocación de servicio público que a las mujeres de izquierdas sí se les presuponía.

ETA estuvo a punto de asesinarla con un coche bomba. Quienes aprecian a esta madre de dos hijos a quien Berlanga le ofreció un papel en una película, la describen como una persona tozuda, trabajadora, inteligente y enormemente discreta.

A Antonio lo fichó el Atlético de Madrid. En la década de los 40 se presentó en el estadio Metropolitano. Hizo las pruebas y volvió a casa con un chándal oficial y un contrato. Su padre, apenas levantó la vista de un papel que leía para decirle “Antonio, hijo mío, coge eso, devuélvelo y luego hablamos”. Ahí se acabó la carrera deportiva de un joven que pocos años después acabaría siéndolo todo como abogado menos ministro. Con 27 años dirigía el despacho de abogados fundado por su padre, que en tiempos se paseó de incógnito con Kennedy por Madrid. Hoy Garrigues es uno de los despachos más prestigiosos de Europa.

Antonio nunca se jubila. Ensayista, dramaturgo, filántropo y articulista. En alguna ocasión ha dicho que la única forma en la que pudo luchar contra el franquismo fue escribir artículos en ABC sobre la democracia americana. Pero Antonio es sobre todo un agudo observador. Para él tenemos que acostumbrarnos a que vamos a vivir una era de la incertidumbre en la que tendremos que renunciar a esa pasión tan latina de poseer la verdad.

Cuando Antonio habla con gente joven siempre les recomienda dos cosas.: tener una mente global y estudiar idiomas porque dice, son formas de comunicar con la cultura.

Soledad y Antonio, los dos sirven para explicar la historia reciente de España. Hoy coinciden para conversar sin guion

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