ENTRE INDIA Y CHINA

De 900 a 90.000 católicos: los frutos de la misión en la diócesis de Mao

Los misioneros han cambiado la vida, no solo de fe, de las gentes de Mao, entre La India y China. Por eso, han pasado de ser 900 a 90.000 católicos. 

Las mujeres ahora son líderes en los pueblos gracias a las 40 escuelas que se han fundado en la diócesis

José Luis Restán

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En 1979 la diócesis de Miao, situada al noreste de la India, en la frontera con China, tenía apenas 900 católicos y hoy cuenta con 90.000, uno de cada cinco habitantes de la región. ¿Cómo ha sido posible?

Hasta hace poco tiempo, Miao era considerada remota y casi inaccesible. Hace 40 años, cuando llegó el misionero George Pallipparambil, los sacerdotes y la evangelización estaban prohibidos. Un día iba de pueblo en pueblo anunciando el Evangelio y fue arrestado por la policía, pero la gente acudió al cuartel pidiendo que lo liberaran, y le soltaron en pocas horas. La gente veía que los misioneros estaban allí, viviendo con ellos, y aceptar el Evangelio fue fruto de ese testimonio que veían. El cristianismo les hizo conscientes de su dignidad: se abrieron a la medicina, a la educación y emprendieron actividades económicas que ante ni contemplaban.

Uno de los principales cambios se ha producido entre las mujeres; era una sociedad donde solo eran criadas para las labores de la casa y en muchos sitios era común la poligamia. Además, los padres vendían a sus hijas para el matrimonio. Poco a poco esto se fue transformando completamente: ahora las mujeres son líderes en sus pueblos, porque en el cristianismo el matrimonio es entre iguales y se basa en el amor, algo que ha sido revolucionario en aquella región.

Cuando se creó la diócesis en 2005, George Pallipparambil fue elegido su primer obispo, y entonces fundó el seminario. Generalmente los seminaristas son hijos de laicos misioneros, que son los que han plantado la Iglesia allí. Durante años estuvo prohibida la llegada de sacerdotes, así que hubo una primera generación de laicos que predicaban, bautizaban, y como la Misa era imposible, reunían a la gente en los pueblos una vez a la semana para rezar juntos, y escuchar las lecturas del día.

Miao cuenta hoy con 28 sacerdotes diocesanos y 68 religiosos que sirven a 90.000 católicos en un territorio como Extremadura, con zonas inaccesibles para los vehículos. Los sacerdotes son esenciales, evidentemente, pero los laicos siguen siendo los primeros evangelizadores. Cuando una comunidad comienza en un pueblo, se hace con reuniones en la casa de algún catequista laico, y cuando empiezan a necesitar una iglesia, la construyen físicamente ellos mismos.

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