Un coche persigue a Juanma Castaño por Madrid y alucina por quién era la persona que lo conducía: "Un mastodonte"

En un día cualquiera de la ajetreada semana previa a Navidad, Juanma Castaño, director de El Partidazo de COPE, vivió una experiencia que no podrá olvidar fácilmente. Al volante de su coche por una carretera de Madrid, lo que parecía una tranquila conducción se convirtió en una historia sorprendente que rápidamente se ha convertido en uno de los momentos más comentados del programa.

Según relató el propio Castaño en su espacio radiofónico, lo que comenzó como una circulación sin incidentes por la capital, dio un giro inesperado cuando, de repente, se vio perseguido por un “mastodonte negro”. Así lo describió, con tono jocoso pero también admirado. En sus palabras, el vehículo que le seguía era "más grande que el de Gonzalo Miró", refiriéndose al coche de gran tamaño del otro tertuliano de El Partidazo de COPE, pero, por lo visto, nada comparado con lo que se encontraba detrás de él.

"Era grande, grande, grande", apuntó Castaño, visiblemente impresionado por el tamaño del coche que lo acechaba por el retrovisor. Ante tal perspectiva, el director de El Partidazo no tuvo otra opción que apartarse hacia el arcén, con la intención de dejarle paso al imponente vehículo que se acercaba.

Y aquí llega la sorpresa: el conductor de ese mastodonte no era otro que Carlos Sainz, el reconocido piloto español, que no solo está acostumbrado a llevar coches de altas prestaciones en el Rally Dakar, sino que también sabe cómo impactar a los conductores de a pie con su impresionante vehículo personal.

Un coche persigue a Juanma Castaño por Madrid

"Era Carlos Sainz. ¡Sí, sí!", exclamó Castaño, como si aún estuviera procesando lo que acababa de ocurrir. El coche de Sainz era, nada menos, que un Ford Raptor, una pick-up de serie que, según explicó Castaño, el piloto ha "alimentado" de una manera especial, convirtiéndola en una verdadera bestia sobre ruedas.

El Ford Raptor, conocido por su tamaño colosal, su diseño robusto y sus características de todo terreno, no es un coche que pase desapercibido. Y, al parecer, ni siquiera Castaño, quien se mostró sorprendido por el poderío de la máquina y el nivel de detalle con el que Sainz había personalizado su vehículo.

La anécdota, que ha dejado boquiabiertos a los oyentes de El Partidazo, es también un reflejo de la vida cotidiana de algunos de los deportistas más famosos de España, quienes, pese a su fama y éxito internacional, siguen siendo seres humanos con las mismas "sorpresas" que cualquiera de nosotros en el día a día.

"Lo ves por el retrovisor y dices, me tiro al arcén, que pase", explicó Castaño, destacando la imponente figura del Ford Raptor. Y es que, en ese momento, no era solo un coche, era una auténtica máquina, y el conductor, Carlos Sainz, un personaje del que pocos se esperan encontrarse en una simple carretera madrileña. Pero, como bien apuntó Castaño, “ahí estaba, vamos”.