EL DRAMA DE LA PROSTITUCIÓN

Naomi fue obligada a ejercer la prostitución: "Esto no es un trabajo"

Patricia Reyes es Directora General de Igualdad de la Comunidad de Madrid y Naomi es víctima de trata. Explican la iniciativa que pretende ayudar a mujeres a abandonar la calle

Redacción Fin de Semana

Publicado el - Actualizado

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En los últimos meses se ha puesto sobre la mesa el debate sobre la despenalización de la prostitución. Hay quien piensa que este es un trabajo que ha de ser perseguido, sancionando a quienes lo consumen y lo ejercen. Otros piensan  que es una realidad que debe ser regulada. Otros que es una ignominia, una aberración contra la mujer.

España es uno de los países europeos líder en consumo de prostitución: casi un tercio de los hombres reconoce haber pagado por sexo. El Ministerio de Interior cifra en 45.000 las mujeres que practican la prostitución, aunque hay cifras que elevan ese número a 100.000: de ellas, entre 30.000 y 40.000 podrían ser víctimas de trata. 

Por los micrófonos de Fin de Semana ha pasado la Directora General de Igualdad de la Comunidad de Madrid, Patricia Reyes. En unos meses está previsto que eche a andar en la región un centro pionero de atención a mujeres que quieran salir de la calle: "Hemos atendido a casi 44.000 mujeres que ejercen la prostitución, no porque les guste, sino porque están en una situación de vulnerabilidad terrible". 

Se trata del primer centro de este tipo de nuestro país,  que  no solo ayudará a víctimas de la trata, sino que ofrecerá una salida a aquellas que, no estando atrapadas por estas redes, desean dejar la calle atrás. 

Este camino lo ha recorrido Naomi. Tras dos años recibiendo ayuda para dejar atrás la lacra de la prostitución, hoy trabaja como ayudante de electricista en la construcción. Esta joven nigeriana perdió a sus padres siendo solo una niña y, tras varios avatares, cayó en manos de una mafia que la obligó a ejercer la prostitución. 

Esta red la llevó a Libia, Italia y finalmente llegó a España. Fue en nuestro país donde Naomi tomó la decisión de escapar: "Yo no quería esto en mi vida". Contactó con las Hermanas Adoratrices, que desde los años 90 ayudan a mujeres que se encuentran en la misma situación de Naomi, a través del Proyecto Esperanza. Recibió educación, apoyo financiero, judicial y, muy importante, psicológico: "No confías en ti misma ni en los demás". 

      
             
      

"Tu vida no ha sido fácil. Has pasado por puras mentiras y engaños. Pero aquí tienen psicólogas y abogadas. Hay otras mujeres. Talleres, actividades...". Las Hermanas Adoratrices enseñaron a Naomi a hablar español, idioma que no manejaba cuando llegó a nuestro país. 

Naomi tiene claro qué diría a las chicas que se encuentren en el lugar del que ella ha salido: "Lo primero, que confíen en Dios. Y que busquen organizaciones que puedan ayudarles sin temor y que pueden echarte una mano (...) te dan apoyo y te cuidan como si fueras de la familia"