El niño cayó a plomo. Con dos año y medio estaba muy por debajo del percentil de su edad, con apenas 11 kilos. Pero once kilos es el equivalente a dos cubos llenos de agua, y es suficiente peso para precipitarse hasta el fondo de golpe, chocando al paso con las paredes, desprendiendo piedra y arena hasta clavarse en el fondo. Por eso, como nos explicó aquí Santiago Suárez, mando de la unidad de mineros de rescate de Hunosa, lo primero que encontró el hombre que cavaba en el pozo de rescata fueron los pies de Julen.
Estos 13 días de espera y sufrimiento lo fueron sólo para los padres, porque es cada vez más claro que Julen murió enseguida, por los golpes tras la caída. Quedan cuatro detalles de la autopsia, que se llevó a cabo el sábado por la mañana y cuyo resultado conoceremos a lo largo de la semana. También se analizará la arena que cayó encima del crío y que formó un tapón que impidió sacarlo de inmediato. Hoy, a las doce y media, serán los funerales en la barriada de El Palo de Málaga. En la iglesita de Totalán, que preside el párroco Ramón Tejero, hijo de Antonio Tejero, qué cosas, se irán recogiendo mesas, manteles, sillas que estos días se pusieron a disposición de los equipos de rescate y las familias. La parroquia ha sido estos días el corazón de una ayuda generosa de los vecinos y el cura, que han abierto sus puertas y han confortado con comida y bebida a los operarios y asistentes. Hasta 3000 croquetas se han hecho para la gente azacaneada en el horror.
Ahora queda un largo duelo para Jose y para Viky. Los aires salados de la bellísima costa de El Palo, la luz de la bahía de Málaga, mecerán los cantos de los funerales a las doce y media. Donde debía haber espetones y risas, terrazas y barcas de pescadores, habrá una despedida dolorosa, al pie de la tumba de Oliver, el hermano de Julen, que falleció de muerte súbita con tres años, apenas en 2017. Juntos reposarán ambos. Dos estaciones terribles de un calvario inimaginable.
Y a nosotros nos queda la pena de ese pozo destapado, de esa terrible negligencia. El pozo lunero -que así hemos aprendido que se llaman los agujeros excavados ilegalmente de noche, a toda prisa, por apenas dos, tres mil euros- es sólo uno de los que la sequía está provocando por toda España, especialmente en el sur. No hay agua para el cultivo, no la hay para las obras, y la gente horada y horada profundo. Un millón de pozos luneros con agua hay por las estepas de España, pero hay muchos más destapados y secos, como el de Totalán, sin fruto alguno. Allí mismo, en la zona, hay cientos de ellos. Los poceros aclaran que los dueños los prefieren así, sin sellar, para verificar en el tiempo que no sale agua, que incluso con lluvia la capa freática no da el resultado apetecido. Se hace el agujero de noche, se cobra y a otra cosa, mariposa. El pagador tapa, si es que lo tapa, el orificio con piedras. ¿Quién levantó las que cubrieron el pozo de Julen? Es la respuesta que busca la Guardia Civil después de que uno de sus hombres pasase por la amarga experiencia de tener que levantar el cadáver del crío, el cuerpecito de Julen, a cien metros bajo tierra.
En el ámbito internacional nos tocó ayer hacer el ganso. Incapaz de liderar la diplomacia española hacia el reconocimiento del presidente Juan Guaidó en Venzuela, Pedro Sánchez se resignó este sábado a cantar con Alemania, Francia y Gran Bretaña una extraña coral para dar ocho días de plazo a Maduro para que convoque elecciones.
¿Cómo va a convocar elecciones un hombre que ha usurpado los poderes constitucionales de la Asamblea Nacional votada por el pueblo? Precisamente su joven presidente, Juan Guaidó, ha entrado como líder interino de Venezuela, según el mandato legal del artículo 233, porque Maduro ya no escucha a nadie. Las elecciones que organizó en mayo no han sido reconocidas más que por los bolivarianos ¿cómo va a organizar unos comicios que acabarían con su poder? A Maduro, claro, la propuesta le ha servido para hacer el bobo, que es lo que más le gusta.