'Aves en la huerta del Obispo': cómo abuelo y nieta unen fuerzas para publicar un libro de pájaros
Antonio y Clara, familia de distinta generación, pasan por Fin de Semana con Cristina para contar cómo empezó una obra fotográfica muy especial
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En estos tiempos en los que hablamos sobre el trato a los mayores, sobre la cercanía con ellos y la importancia de cuidar y respetar sus legados y vidas, historias como esta merecen la pena ser contadas.
Todo empezó un buen día en un parque de Madrid, concretamente el de Agustín Rodríguez Sahugún. Antonio, uno de los protagonistas de esta historia, paseaba cada día por este parque de Tetúan por recomendación médica. Y ese parque, casualmente, le adentró en una aventura de esas que dan mucha vida. Sus paseos, muchos de ellos junto a su nieta Clara, le inspiraron para tomar fotografías de las aves que habitaba en este espacio.
Lo que seguro no se imaginaban ni Clara ni Antonio era que, en unos meses, iban a reunir tanto material como para poder hacer un librito en el que publican fotografías y dibujos de los pájaros de la zona. Y han pasado por Fin de Semana con Cristina para presentar 'Aves en la Huerta del Obispo'. Antonio, el abuelo, asegura haber identificado “37 tipos distintos de aves y, posteriormente, hemos encontrado cuatro más, así que la familia sigue creciendo”. La relación con los pájaros viene de antes, en la Dehesa de la Villa, como cuenta él: “Estuvimos allí catalogando pájaros y estuvo muy bien, pero desde luego ha sido con más intensidad en el último año más o menos. Los dibujos de Clara vienen de que la intenté convencer de que no solamente había que hacer la foto sino que intentara dibujarles. Los grandes ornitólogos lo que hacen es dibujar las especies para ver los aspectos más característicos, así que la convencí para que me fuera dibujando cada pájaro que lográbamos fotografiar. Yo tengo 67 años y ella 8”.
Clara, por su parte, cuenta que, primero, “empezó a dar paseos él, y luego me sumé yo para buscar pájaros. A mí antes me gustaban los pájaros pero gracias a él les presto mucha más atención. Me gustan porque cada pájaro tiene una cualidad, por ejemplo la cotorra argentina es muy verde y si alguien la quiere coger o ver va a ser difícil verla en el árbol, pero se la diferencia por su chillido. El que más me gusta es el petirrojo europeo, es muy mono”.
Antonio relata también que mucha gente se ha sorprendido del ojo que tiene su nieta, tanto que “ha colaborado con nosotros una persona que lleva un grupo llamado Villaverde Ambiental, además campeón del mundo en observación de aves y estaba entusiasmado con la niña”.
Abuelo y nieta no dejan de hablar bien el uno del otro: ella asegura que “aprende mucho de él, es pura bondad, y ayuda a muchas personas”, y él reconoce que también “aprende mucho” de ella, como a llevar “un pequeño bocadillo” para reponer fuerzas, “nos compenetramos”.