¿Te crees moderno por pintar en la pared el nombre de tu partido? Los romanos ya hacían pintadas
Paco Álvarez, divulgador y escritor, autor de 'Mitomorfosis', vuelve a Fin de Semana con Cristina para recordarnos que somos clásicos a pesar de nos sintamos "a la última"
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Viene mucho por Fin de Semana con Cristina un hispano-romano que siempre nos intenta convencer de que hemos cambiado muy poco desde los tiempos de la Roma antigua. Y hoy nos quiere hablar de elecciones y política. Él es Paco Álvarez, autor entre otros libros, de “Mitomorfosis”, y asegura que las elecciones en Roma no eran muy distintas: “Había campañas electorales, ya lo creo, y en vez de carteles, pintadas en las paredes pidiendo el voto para los candidatos, palabra que viene por cierto, de que en campaña, los postulantes se vestían con una toga cándida, es decir, blanca”
Así que canditato el que viste de blanco, cándido, ¿y hay más similitudes? ¿cómo eran las campañas? Álvarez lo detalla: “Pues a decir de las fuentes, tan duras como las de ahora. De manera similar a como sucede en nuestros días había ya entonces politólogos y empresas dedicadas a la propaganda política, encargadas, dados los pocos medios de comunicación de la época, sobre todo de hacer pintadas (en letras de molde) a favor de los candidatos y de encargar a los strilloni que vocearan por las calles sus nombres. Los strilloni eran gentes contratadas para gritar en los espacios públicos, consignas comerciales y noticias, como la radio en nuestros días, pero sin FM, vamos”.
Y, ¿cómo se gobernaba Roma? ¿Había diputados? “Algo parecido”, explica Paco, “estaba la asamblea del pueblo y también el Senado. Senado viene de Senex, que significa anciano y en origen era una asamblea de los mayores del lugar. SPQR, las famosas siglas, quieren decir precisamente: el Senado y el Pueblo de Roma y se siguieron manteniendo como sello de la autoridad romana durante el Imperio. La Constitutio, la forma de gobierno romana se basaba en la colegialidad, es decir, había dos de cada cargo. El que ganaba las elecciones y el segundo, su collega en latín, gobernaban juntos y tenían derecho de veto el uno contra el otro”.
Eso estaría bien, pero es difícil imaginar al vencedor y al jefe de la oposición compartiendo cargo: “Pues sí”, cuenta el escritor, “hubo algún caso curioso. Los años se llamaban no por su número sino por los nombres de los cónsules. El año de tal y cual. Como parece ser que Julio César ya apuntaba maneras dictatoriales durante el año que fue elegido cónsul de la República junto con Bibulo, los opositores a su gobierno solían referirse burlonamente a ese año (59 a.C.) como «el del consulado de Julio y César»”.
La duda es evidente: ¿queda algo de esa República Romana en nuestra democracia? “Evidentemente era una democracia muy imperfecta, obviamente las mujeres no votaban, tardarían milenios en conseguirlo, además los votos de los ricos contaban más, pero en palabras como comicios, referéndum, plebiscito, elecciones, palabras muy democráticas que mantienen el mismo significado hoy que entonces. Además fíjate en nuestros partidos políticos. Los populares, eran una facción en Roma, digamos progresista, también tenemos a Vox, que significa Voz en latín o al partido socialista, basado en defender a los proletarii, que eran los romanos tan pobres que no pagaban impuesto y sólo aportaban hijos a la res pública”.
Pues sí que parece que hay conceptos en los que esa democracia y sus elecciones se parecen a las nuestras, muy curioso sin duda. Aun así va a tener que venir otro día a contarnos más cosas de cómo nos parecemos a los romanos aunque nos pensemos muy modernos.