“Morir es como nacer pero al revés: el que se va necesita que le llenen de cariño”

Miriam Algueró, pta. y fundadora de la Asociación de Oncología Integrativa de España, explica en Fin de Semana con Cristina cómo cuidar a los enfermos de cáncer

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“Morir es como nacer pero al revés: el que se va necesita que le llenen de cariño”

Cristina L. SchlichtingMiguel Soria

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Muchas veces quizás no nos damos cuenta de lo que implica ser cuidador de alguien con una enfermedad incurable o, si no incurable, sí muy grave. Si bien estos enfermos son y deben ser los protagonistas de todo tipo de cuidados y atenciones, los cuidadores realizan una labor excepcional a la que, a lo mejor, no prestamos suficiente atención.

Miriam Algueró lo sabe muy bien: perdió en poco tiempo a sus padres víctimas del cáncer. Ella y sus hermana vieron cómo la vida adquiría un giro inesperado a partir de un diagnóstico que cambió de forma radical y obligada su orden de prioridades. Se dieron cuenta de lo mucho que hay tras esa necesidad de cuidados, fruto de lo que ahora ve la luz el libro ‘Acompañar en el cáncer. Guía para cuidar a tu ser querido durante su enfermedad’ (Amat Editorial), de Miriam Algueró, presidenta y fundadora de la Asociación de Oncología Integrativa de España y que en Fin de Semana con Cristina cuenta cómo es que el cáncer llegue a tu casa: “La gente que ha tenido una situación similar a la mía sabe que primero llega la negación, un pequeño duelo de ‘esto no puede ser’. Cuando ves al oncólogo con la cara seria te das cuenta de que sí pasa, y entonces llega el miedo aterrador porque el cáncer, aunque se cura cada vez más, te pone de cara a la muerte, y como tendemos a vivir de espaldas a ella pues no es nada agradable”.

No contábamos con ello”, explica Miriam, que detalla que “no había casos en la familia. Había cáncer de mama en una tía pero como era la hermana de mi padre pues nos sentíamos libres. Entonces mi padre duchándose nota un bulto, le hacen una biopsia y sacan un tumor del tamaño de una naranja debajo de la axila, alucinamos. Cuando al cabo de tres años fallece mi padre y mi madre hace cosas extrañas y la llevamos al hospital, nos dicen que tiene un tumor cerebral inoperable y, por tanto, incurable, pues otra vez, y no podía ser real”.

Marian trabajaba en una multinacional pero tomó una decisión radical: “Lo dejé todo al fallecer mi madre porque, durante su enfermedad, descubrimos que había terapias complementarias que mejoraban la vida de los pacientes con cáncer, así que todo el proceso era para mejorarles la calidad de vida. Al ver que no existía ninguna asociación en España ni en Latinoamérica que hablara de estos temas, dejé mi trabajo y monté la Asociación de Oncología Integrativa para difundir cómo ayudar y acompañar a un paciente durante la enfermedad. La Sanidad en España es excepcional, contamos con los mejores oncólogos pero había que mejorar todo esto”.

La autora, a nivel médico, cuando hay diagnóstico de cáncer recomienda ir al psicoonco?logo: “Lo primero que es aconsejable que hagan todos los pacientes ante un diagno?stico de ca?ncer es acudir a uno para que les ayude a ordenar las emociones que el diagno?stico les ha despertado. Sentar esa base, ordenar esa caja de Pandora que se ha abierto. Hay cosas además que no puedes hablar con tus seres queridos y tener a alguien de confianza para hablar libremente es buena idea”.

Miriam también recomienda mejorar la alimentación, y para ello recomienda recetas curiosas como bebida de avena casera, lassi de melón, bliss balls, manzana al horno con tahini, batido de semillas de cáñamo, arroz con leche, rice and beans caribeño, lentejas con falso chorizo: “Hay muchos estudios científicos que han demostrado que una alimentación saludable, sobre todo la dieta mediterránea, ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Cada día nuestro organismo necesita una serie de nutrientes, no se trata de comer mucho sino alimentos densos en nutrientes como frutos secos, semillas, legumbres, etc.; en la alimentación hay una herramienta que nos ayuda a encontrarnos mejor”.

En lo referente al ejercicio físico, la autora detalla que “se ha publicado un estudio en la Universidad de Australia que asegura que, cuando se hace ejercicio, el músculo segrega unas proteínas que le dan al tumor la orden de que no siga creciendo y no se reproduzca. Además, informan a los linfocitos ‘t’ del sistema inmunitario y le dicen ‘aquí una célula tumoral, ven y cómela’. No digo que haciendo deporte puedas curar el cáncer, sino que es un apoyo a los tratamientos médicos”.

El libro también cuenta una preciosa experiencia con su madre en sus últimos días: “Fue el momento más duro de su enfermedad. Me di cuenta de que morir es como nacer pero al revés. Cuando estás embarazada están todos esperando a que nazca el bebé y nadie sabe cuándo va a ser, y cuando llega todos queremos cogerlo en brazos y a esa vida que llega la llenamos de besos y amor. Pues esa vida que se va necesita el mismo amor que recibió al llegar, que su vida valió la pena. Darle las gracias por todo lo que ha hecho por nosotros”. “Es importante darles contacto físico y que no se sientan abandonados, acompañarles y despedirles de ellos”, termina Miriam.

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