El recuerdo que, cinco décadas después, el periodista Carlos Dávila no puede borrar de su memoria tras su visita a Auschwitz

Ha desgranado todas las claves de su visita cuando se cumplen 80 años de la liberación de Auschwitz

Redacción Herrera en COPE

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Este lunes se cumplen 80 años de la liberación de Auschwitz. 'El Tron' nos ha aportado testimonios en 'La Linterna'; pues realizó hace escasos días el programa desde allí.

Recordaba Herrera, desde las seis de la mañana, el oficial ruso que entró en ese infierno. Decía que había tal hedor que era insoportable estar más de cinco minutos. Los soldados no lo podían soportar y rogaban marcharse. Sin embargo, él insistía en que había una función que cumplir.

El periodista Carlos Dávila analiza este triste capítulo de la historia en 'Herrera en COPE'. Al comienzo de su charla con Herrera, explica que estos soldados "se encontraron con una situación patética. No solamente eran rusos los que se encontraban en aquel pelotón. Era un ejército soviético-ucraniano. Es 1945 y el mapa geoestratégico era realmente diferente". 

Wikipedia

Puerta de entrada de Auschwitz I, donde se observa el letrero con la frase "Arbeit macht frei" ("El trabajo hace libre")

Lo primero que se encontraron fue con aquel frontispicio en el que, todavía hoy, puede leerse: el trabajo os hará libres.

Venían hacinados en un tren y desde otro campo de concentración. El campo (según relata Dávila) "era una especie de embrión de lo que iba a ser. Yo estuve en Auschwitz a lo largo de los 70. Me encontré un Auschwitz pavoroso. Todavía tengo el olor de Auschwitz. Estábamos hablando ya de los 70".

Recuerda, por otro lado, que cuando llegaron los soldados "solamente había entre 6.000-7.000 personas, todas estaban en una situación tremenda. Casi todos estaban muriéndose o estaban prácticamente en los huesos".

      
             
      

"en los autobuses fueron muriendo porque no estaban en condiciones de viajar"

El gestor de aquel campo es "al que le encargó Hitler lo que llamó la solución final. Una solución en la que se trataba de exterminar a los judíos; pero no solamente a ellos".

Hitler, perfila Dávila, era un tipo absolutamente cruel. Odiaba "a los católicos, a los socialdemócratas y los comunistas. Hay que decir que se apartó un poco de lo que era la gestión diaria de Auschwitz y otros campos".

Sobre la liberación, hay que recordar que "fue precedida por un bombardeo de la aviación yankee. Lo que pasa es que creyeron que aquello eran unos campos de trabajo y no perpetró sobre aquellos campos. La liberación se produjo cuando tuvieron ya noticia de que allí se estaba produciendo algún tipo de anomalía inhumana".

      
             
      

Entraron, se encontraron a 6.000-7.000 personas y en los autobuses fueron muriendo porque no estaban en condiciones de viajar. 

Por último, relata a Carlos Herrera que una guía alemana le explicó a Dávila que lo que hicieron allí los soviéticos "es también rematar a aquellos que no podían subir a los autobuses porque estaban en unas condiciones increíbles. Esta es la realidad del caso".

No te pierdas el resto de la sección en el audio adjunto.

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