'Crónicas perplejas': "Tengo muchas ganas de vivir sin pitiditos, sin pantallas, sin memes, sin interrupciones"
Habla Antonio Agredano de la adicción que tenemos a las redes sociales y a Internet y de la necesidad que tenemos, en ocasiones, de alejarnos de ellas
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En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.
Confieso aquí mi pequeño divorcio, actual, con las redes sociales. Me gustan. Desde siempre. Desde myspace o fotolog o la que sea. Siempre he estado en una o en varias. Siempre me ha gustado contar, relacionarme, leer a otras personas, interesarme por sus gustos, por su música y por sus libros…
Pero reconozco que llevo tiempo que apenas las miro. Que comparto poco. Que curioseo menos. Que no encuentro entusiasmo en imitar recetas o leer los artículos que allí recomiendan y casi nunca pulso ya los enlaces a Spotify que comparte gente en cuyo criterio suelo confiar.
¿Por qué? Ni idea. Con el tiempo he dejado de buscarle una explicación a mis apetencias. A veces, y aunque suena áspero, a la pregunta del porqué basta con un “porque no”. Sin matices, sin segundas lecturas. Simplemente hay momentos en los que uno se cansa de las cosas. De los afectos. De las rutinas. De sus muebles, de sus novias, de sus trabajos o de su vida.
Somos así. Volubles. Con interés, pero a ratitos. He tenido un verano muy intenso con mi airfryer. Una auténtica historia de amor que llegado el otoño se fue apagando y ya solo la uso para algunas patatas fritas culpables. El italiano lo practico poco ya en la app de idiomas que utilizaba. “È veramente un peccato, ma è così”. Ya apenas compro ropa de segunda mano en otra app que me gustaba. Casi no me hago selfis. La app de yoga también la desinstalé. Algo está pasando.
No sé si es la edad. Estos 44 años que cargo como 44 piedras en una mochila. Pero tengo muchas ganas de vivir sin pitiditos, sin pantallas, sin memes, sin interrupciones. Volveré, porque siempre se vuelve, pero quiero acabar con mi pila de libros por leer. Quiero recordar viejas películas. Quiero beberme un buen vino sin andar contestando whatsapps. Quiero que, si en una conversación nos surge una duda, que nos quedemos con la duda. Que no la busquemos. Que vivamos con la incertidumbre y con la desmemoria.
Y quiero una pequeña rebeldía. Estar unas semanas, quizá unos meses, al margen del mundo. Es decir, compartiendo casa con mis dudas, con mis ensoñaciones y conmigo mismo
Las 'Crónicas perplejas' de la semana de Antonio Agredano
'Crónicas perplejas': "Todo cabe en el corazón y allí todo perdura y se conserva"