Una enfermedad te mataba en 24 horas, pero la hija de los Reyes Católicos sobrevivió y cambió la monarquía británica

La historiadora Ana Velasco descubre cómo era el sudor inglés, una serie de epidemias y ha pasado a la historia como una de las dolencias más misteriosas

José Manuel Nieto

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La historia está plagada de enfermedades misteriosas que marcaron el destino de los pueblos y de sus monarquías. Entre ellas, destaca una de las epidemias más enigmáticas: el "Sudor Inglés". Esta enfermedad, que asoló Inglaterra durante los siglos XV y XVI, no solo sembró el pánico entre la población, sino que tuvo implicaciones cruciales para la historia de la monarquía británica, cambiando el curso de su destino y permitiendo la ascensión de los Tudor al poder.

La historiadora Ana Velasco desvela algunos de los secretos detrás del Sudor Inglés, una dolencia mortal que llegó como un susurro y desapareció tan misteriosamente como apareció. En su conversación con Alberto Herrera en COPE, Velasco profundizó en cómo esta enfermedad, que mataba en cuestión de horas, marcó un antes y un después en la historia de Inglaterra.

El Sudor Inglés, también conocido como sudor anglicus o pestis sudorosa, fue una enfermedad extremadamente contagiosa y, en su mayoría, mortal. Se caracterizaba por una intensa sudoración, y afectaba principalmente a hombres jóvenes, dejando a los bebés y niños pequeños relativamente inmunes. La enfermedad se desataba con una rapidez aterradora: los síntomas aparecían de forma repentina y la muerte ocurría en menos de 24 horas. Si alguien lograba sobrevivir, se curaba de manera casi milagrosa.

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La batalla de Bosworth Field, 22 de agosto de 1485, pintura de Abraham Cooper, 1790

Se desconoce el origen exacto del Sudor Inglés, aunque algunos expertos sugieren que podría haber sido causado por la gripe o, incluso, por hantavirus, enfermedades transmitidas por roedores. El primer brote confirmado ocurrió en 1485, tras la Batalla de Bosworth, y la epidemia regresó en varias ocasiones durante los siglos siguientes, con la última aparición en 1551.

El Sudor Inglés y Catalina de Aragón

El impacto del Sudor Inglés fue especialmente profundo en el contexto de la Guerra de las Dos Rosas, que enfrentó a las casas rivales de Lancaster y York por el trono de Inglaterra. La historiadora Ana Velasco sostiene que esta enfermedad pudo haber influido en el curso de la guerra. Ricardo III, el último rey de York, pudo haber caído víctima de esta dolencia la noche anterior a la Batalla de Bosworth. Según los relatos, su insomnio y su extrema sed durante la batalla podrían haberse debido al Sudor Inglés.

Con la muerte de Ricardo III en esa batalla, Enrique VII, de la casa de Lancaster, subió al trono, fundando la dinastía Tudor. En este contexto, la aparición de la epidemia de Sudor Inglés se convirtió en un factor crucial para consolidar el poder de los Tudor. De hecho, este brote fue uno de los elementos que propició el ascenso de Enrique VII, quien al día siguiente de la victoria en la batalla de Bosworth, fue proclamado rey.

      
             
      

El Sudor Inglés no solo estuvo presente en la guerra civil, sino que también afectó directamente a la familia real. En 1502, el príncipe Arturo, hijo de Enrique VII y hermano mayor de Enrique VIII, contrajo la enfermedad y murió a los 15 años. Arturo había estado casado con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, quien, sorprendentemente, sobrevivió a la epidemia. Este hecho resultó ser crucial para la historia de la monarquía inglesa. Tras la muerte de Arturo, Catalina de Aragón se convirtió en la esposa de Enrique VIII, quien posteriormente se separaría de ella en uno de los episodios más célebres de la historia inglesa, dando lugar a la ruptura con la Iglesia Católica y al establecimiento de la Iglesia de Inglaterra.

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Catalina de Aragón, 1485-1536, reina de Inglaterra como primera esposa del rey Enrique VIII

La supervivencia de Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, no solo cambió el destino personal de Enrique VIII, sino que también tuvo repercusiones en el futuro de la monarquía británica. El cambio religioso que impulsó Enrique VIII afectó profundamente a la política europea y a las relaciones internacionales, especialmente con el Papa y la Iglesia Católica.

Una enfermedad que desapareció en el olvido

El Sudor Inglés, que apareció en varias oleadas entre 1485 y 1551, dejó una huella indeleble en la historia de Inglaterra, pero se desvaneció misteriosamente sin dejar rastro. Aunque algunos brotes similares aparecieron en Francia, como el llamado "Sudor de Picardía" en los siglos XVIII y XIX, nunca se volvió a ver una epidemia de la magnitud del Sudor Inglés.

      
             
      

Hoy en día, los historiadores continúan debatiendo sobre las posibles causas del Sudor Inglés, pero el enigma persiste. Algunos sugieren que pudo haber sido transmitido por roedores, mientras que otros apuestan por la hipótesis de un brote de ántrax o incluso por infecciones bacterianas que hoy en día son difíciles de identificar.

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