Del Val: “Para las niñas de 12 años su cita por Internet es la peor y más nauseabunda de las pesadillas"
Habla el profesor de lo ocurrido tras la puesta en libertad d elos presuntos culpables de violar a una niña de 12 años
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en el recibimiento tras salir de la cárcel, vítores y aplausos, de los presuntos culpables de la violación de una niña de 12 años y abusos sexuales a otra:
Reconozco que soy un mal periodista. Me cuesta mucho abandonar las emociones y encadenarme a la actualidad, porque cuando algo llama mi atención y no logro que se me borre, como decía Paul Valery, a lo mejor es que tiene importancia. Y la salida de cuatro menores, de entre 15 y 17 años, puestos en libertad provisional por el juez, con aplausos y vítores de sus padres, y llevados a hombros, presuntamente culpables de haber violado a una niña de 12 años y abusado sexualmente de otra, también de doce años, me parece producto de un deterioro social, y algo mucho más perverso que los ‘ongi etorris’ dedicado a los asesinos de ETA, al salir de la cárcel, porque los que homenajean a los asesinos son partidarios del asesinato, pero estos padres no creo que sean partidarios de que sus hijos vayan en manada a violar a niñas. Y, por supuesto, con todo respeto a la presunción de inocencia.
Me podría haber pasado a mí. Que me avisaran de que mi hijo estaba acusado de una violación en manada a unas niñas tres o cinco años menores que él. Y entiendo mi angustia, mi preocupación, pero no me veo gritando que mi hijo y sus colegas de pandilla son unos guerreros, ni llevándole a hombros como si fuera un valiente torero. Repito: presunción de inocencia, sí. Pero hasta en el boxeo hay unas reglas de peso y una niña de 12 años pesa bastante menos que un mozo de 17. Bastante menos. Y sabe menos de la vida, y tiene menos malicia. Y hay más padres: los padres de las presuntas violadas, que me imagino qué habrán sentido en sus entrañas, al enterarse de que los padres de los presuntos violadores les dedican una ovación al salir de las dependencias policiales por decisión del juez, y en contra de la opinión del fiscal. Presunción de inocencia, sí. Pero también algo de discreción y pedagogía, porque si el delito se demuestra y quienes les tienen que educar parece que son forofos y partidarios de la violación en grupo, entonces lograrán con su actitud que unos adolescentes de mierda se conviertan en una mierda de adultos. Necesitan ayuda los presuntos, claro. Pero también necesitan mucha más ayuda esas niñas de doce años que, de pronto, se encontraron con que la cita por Internet se había convertido en la peor y más nauseabunda de las pesadillas.