Luis del Val: "Ciudadano Torra, póngase al teléfono, que lo que exija se le irá concediendo en cómodos plazos"

Asegura el profesor que "Pedro Sánchez no está embarazado, aunque con este hombre nunca se puede estar seguro de nada"

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Del Val: "Ciudadano Torra, póngase al teléfono"

Luis del Val

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Ayer, al ver la expresión de su rostro, me acordé del jengibre y del subsalicitato de bismuto. 

Lo del jengibre es más casero. En una taza, donde se ha vertido agua hirviendo, se le añade una cucharada de jengibre, y se deja reposar durante diez o quince minutos. Se filtra a otra taza y se toma. Esta infusión deja algo inactivos a los jugos gástricos y reduce los movimientos del tracto gastrointestinal, que dan lugar a las náuseas. Sólo tiene una contraindicación y es que no se debe tomar durante el embarazo, pero podríamos estar seguros de que Pedro Sánchez no está embarazado, aunque con este hombre nunca se puede estar seguro de nada. 

Si en Moncloa lo de los remedios caseros no les parecen suficientemente avanzados, y como ya se ha pasado lo de la lírica del clima, y tocar el violín de lo natural, podrían haber recurrido al subsalicitato de bismuto, que se vende en las farmacias sin receta, y, además de evitar las náuseas, corta cualquier posible diarrea, y no voy a extenderme más, porque este es un terreno en el que no puedo competir con Carlos Herrera. 

Desde luego, algún compuesto casero o farmacológico debió ingerir el presidente en funciones, porque resistió la entrevista con Casado sin una arcada y sin un espasmo, y eso que era la derecha o “las derechas” -que dice Abalos para colectivizar la repugnancia- quien se había presentado en Moncloa. Era un trámite, sí, pero hay trámites que cuestan, no es lo mismo que la misión más suave, encomendada a Adriana Lastra, que es la de entrevistarse con Bildu, gente de paz, compasiva con sus presos, que a lo mejor dentro de nada son presos políticos, porque si pones una bomba y matas a unos niños, pero con fines políticos, pues serás un preso político. Ahí sí que no hace falta ni jengibre, ni bismuto. 

Menos mal, que hoy el presidente en funciones -en funciones de conversaciones telefónicas- no necesitará tomar ningún remedio contra las náuseas, porque no hay fotógrafos, y no se tiene que ver la cara con los presidentes autonómicos, cuya opinión respecto a su investidura tiene el mismo valor que la suya, o la mía, que no sirven para nada, porque esto de la opinión, viene a ser como el culo, que todos tenemos, y no es ningún mérito. 

Hombre, ya puestos a programar las llamadas telefónicas inútiles, si yo hubiese sido asesor habría recomendado la de los alcaldes de las grandes ciudades; total, ya puestos, más caro es el whisky del Falcon, y hemos doblado el presupuesto.

Luego dirán que la investidura es un cómodo paseo,  y no ver  el esfuerzo de nuestro presidente por envainarse la repugnancia de tener que estrechar la mano a uno de los representantes que no quieren a España, que diría Carmen Calvo. A ver si la investidura se logra cuanto antes, porque cada vez que escucho a Carmen Calvo noto el achicamiento de las neuronas en mi cerebro, ese entontecimiento que producen las palabras de doña Carmen en cualquier persona alfabetizada. Por favor, ciudadano Torra, póngase al teléfono, y no exija todo para mañana mismo que, con la cucharadita de jengibre, el señor que le llame se lo irá concediendo en cómodos plazos. 

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