Luis del Val: "Tengo dudas en si Pablo Casado quiere ser un gran líder o juega a ser un líder mediocre"
¿Pretende ser como Pablo Iglesias? le pregunta el profesor al máximo dirigente del Partido Popular
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en el líder del PP, Pablo Casado:
[ESCUCHA AQUÍ LA IMAGEN DEL DÍA DE LUIS DEL VAL EN "HERRERA EN COPE"]
"La diferencia entre un buen líder político y un líder mediocre, es que, mientras aquél quiere ganar las elecciones y gobernar, el mediocre intenta reforzar su posición interna en el partido y asegurarse el sillón. Pongamos que me refiero a Pablo Casado.
Durante los fines de semana, los edecanes de los partidos tradicionales se desprenden de la corbata o de la chaqueta y se marchan a provincias con tres objetivos: templar gaitas, proporcionar moral a la tropa, o enredar con batallas locales de poder. El gran edecán Teodoro García Egea se acercó a Sevilla a enredar, y dividió el partido cumpliendo las órdenes de Pablo Casado. Si no había un problema en el PP de Sevilla ya lo tienen, pero eso sí, ahí habrá una cacique que siempre dirá que Pablo Casado es el gran líder.
Por eso, tengo dudas en si Pablo Casado quiere ser un gran líder de verdad o juega a ser el líder mediocre de un partido de voto menguante, pero donde nadie le quitará su sillón. Si lo que pretende es eso, lo conseguirá sin mucho esfuerzo, y llegará a lo que ha llegado su tocayo Iglesias, Pablo Iglesias, que ha logrado el 95% de los votos para que sus militantes le ratifiquen como el candidato a las elecciones madrileñas. ¡El 95% de los votos! Lo que se llama con ironía una mayoría búlgara. Gran mayoría interna y gran deserción en el electorado.
¿Es eso lo que pretende Pablo Casado? Porque parece que también ha interferido en las listas de Madrid. Es decir, que para acentuar quién es el que manda, enreda en Andalucía y en Madrid, que son las dos comunidades gobernadas por el PP con mayor respaldo electoral. Felipe González se sonreía para adentro cuando le hablaban de batallas provinciales entre guerristas y felipistas, porque no era un líder mediocre. Y lo mismo hacía Aznar. Pablo Casado ha llevado a cabo un rompimiento generacional, un divorcio entre el PP de antes y el de ahora -que puede que fuera necesario- pero de la única medida de la que se habla es del cambio de domicilio de la sede, que es lo que hacen todos los divorciados. Sus acciones dirán si es un buen líder o sólo aspira a guardar el sillón de un partido que languidece. Cuanto más fuerza aplique a los suyos, más se debilita y enflaquece el electorado. O se es líder, o se es mediocre".