Un párroco de Catarroja vuelve de una peregrinación de Medjugorje y, un día después de la DANA, así le afecta su viaje: "Nos manda un mensaje"
María José Navarro, desde este municipio, relata esta particular historia que vivió el párroco tras la riada
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A 350 metros de Santa María de Catarroja, donde nos encontramos hoy, está la Parroquia de San Antonio de Padua.
El martes anterior a la Dana, Fran Martínez, el Párroco, había vuelto de una peregrinación en Medjugorje, Bosnia. El 29 de octubre tenía previsto celebrar misa por la tarde, a eso de las siete y media, pero comenzó a ver cómo se anegaban las calles de alrededor. Cuando salió para volver a su casa, el agua le llegaba casi por la cintura.
De esa peregrinación a Medjugorje, Fran se había traído una reliquia del Padre Pío, una tela impregnada de su sangre. El sacerdote la colocó en la Parroquia, y ahí quedó. El miércoles 30 de octubre, al día siguiente de la Dana, tocaba saber cuántos eran los daños causados por la enorme tromba.
Y resulta, que no había agua. Ni una gota. Nada. Estaba todo intacto.
La Parroquia de San Antonio de Padua, con la reliquia del Padre Pío, quedó como un oasis en medio de la destrucción. Y ese oasis ha servido como almacén, como lugar de encuentro y de esperanza.
Esa reliquia llevaba, no solo un escudo físico, sino también anímico para Catarroja. Como dice el Padre Fran “Dios quiere algo de esta Parroquia y nos está mandando un mensaje”.
Milagro: suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa. Igual esa reliquia del Padre Pío es solo una tela manchada, pero está provocando mucho más de lo que ve una mirada.
El padre José Vicente Alberola relata el gesto que más le ha impactado tras el paso de la DANA: "Al día siguiente"
Desde la parroquia María Madre de la Iglesia, el padre José Vicente Alberola, que es el párroco de la misma, ha relatado a Carlos Herrera cómo vivieron el paso del temporal, la labor principal que ha tenido la parroquia durante estas semanas y cómo van a celebrar la Navidad.
La Iglesia, ubicada en la zona cero del temporal, se llenó de agua hasta casi los tres metros, pero pronto recibieron ayuda para poder limpiarla: "Enseguida tuvimos la ayuda, porque aquí en Catarroja no teníamos manos, porque la gente de Catarroja estaba saliendo del barro con sus casas inundadas, con la familia ayudándole, gracias a Dios, vinieron de otras parroquias de Valencia, enseguida, al día siguiente estaban aquí ya".
Con el espacio limpio, pudieron servir de base para el reparto de ayuda para todos aquellos que lo necesitaban: "Limpiaron el templo la primera noche, pasaron toda la noche limpiando, sacando barro, sacando todo, y enseguida vimos que había necesidad de que la gente tuviera ayuda.
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Nadie teníamos coche, todas las carreteras embarradas, sin posibilidad de salir, no había nada de comercio, sin agua en las casas, sin luz, y había que ayudar a la gente, entonces, enseguida vino la ayuda de Valencia, de las parroquias, y enseguida, al día siguiente, ya estábamos aquí repartiendo"..
"Nos traían tanto el Ayuntamiento, como de las parroquias que nos suministraban a nosotros, toda la parroquia se convirtió en un centro de almacenaje. Trajeron estanterías, todo el templo era almacén de cosas, la capilla y las salas también, y atendíamos desde la puerta con la gente que venía, con los voluntarios que 40 o 50 cada día venían de Valencia, conseguíamos ir suministrando y acogiendo a toda la gente que venía a pedir", ha explicado el párroco a Carlos Herrera.