La reflexión de María José Navarro tras la descalificación de Elena Congost en los Juegos Paralímpicos: "Demasiado cruel"

La historia del deporte está sembrada de épica. Ya saben Vds que, cuanto más sufre un deportista, más extraordinaria es la historia que encierra y más posibilidades de quedar su gesta para la posteridad. Pero con Elena, con Elena se le ha ido la mano al guionista.

Elena Congost, la primera campeona paralímpica de la maratón de la historia en España,Oro en Río, regresaba a unos Juegos 8 años después de haber hecho un parón. Ha dado a luz 4 veces en los últimos seis años. El Comité Paralímpico español no le dejó buscar la marca mínima para competir en Tokio y se desencantó del atletismo.

Dejaron de pagarle la baja por maternidad y tuvo que recurrir a un equipo de abogados para defenderse.

Su cuarto hijo nació el año pasado y se daba por retirada, pero volvió. Regresó en febrero y logró la marca mínima para competir en París. Llevaba 8 años en el dique seco. Todo el mundo pensaba y todo el mundo le decía que era imposible volver. 

Eran sus quintos Juegos Paralímpicos y los primeros en los que usaba guía, Mia Carol. Después de 42 kilómetros, a solo dos metros del bronce, Mia no podía más. Estaba a punto de caerse al suelo. Y la cuerda que les unía, se soltó. Fueron descalificados.

Demasiado cruel. Demasiado cruel para ser verdad. Descalificada por asistir a su guía.

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Lo único que nos queda es decirle a esta mujer hermosa que esa medalla es, en el corazón, suya. Que el gesto con su guía y el abrazo que se dieron es de oro. Y que sus cuatro niños saben quién es la campeona.

Y gracias a todos los Paralímpicos por demostrarnos que no hay más obstáculos que los que uno se quiera poner en la vida.