Una perrita se jubila tras 10 años de servicio y estas son las bonitas palabras que recibe de agradecimiento: "Feliz retiro, compañera"

Hay Agentes de Policía que se jubilan a los 10 años. Bueno, y algunos antes. Y Guardias Civiles que con 9 años se están ya tocando la barriga. Son los K-9 o Kei-nine en inglés, que suena mucho a canino. Son perros, claro.

Perros usados como unidades de rescate, de búsqueda de drogas, de desaparecidos o de protección. En España hay 487 perros que son Policías Nacionales y 539 Guardias Civiles y, dicen, harían falta más. Precisamente porque su vida útil es muy corta. Así que, a todos ellos les llega su día. Ese día en el que se tienen, por fin, que jubilar.

El Boe publicaba hace unos meses lo que cuesta un perro policía: 168 euros. Es verdad que su formación conlleva un proceso de aprendizaje y adiestramiento mucho más costoso, claro, pero los canes salen de ahí con un valor añadido. Lo saben sus guías, que son sus compañeros. Lo saben sus jefes, a los que cuesta trabajo despedirles.

Peki se ha jubilado llena de besos de un policía enorme, con el que ha pasado diez años de servicio. Cuando se retiran comienza una nueva etapa, casi siempre adoptados por sus compañeros humanos con los que comparten una característica esencial: nunca están (no saben hacerlo) fuera de servicio.

Larga vida a los perretes.

Un policía sufre un atropello en Algeciras y, cinco años después, así retoma las riendas de su vida: "Milagro"

Tiene 41 cicatrices en el cuerpo. 41. Ha estado 597 días de baja. Más de 38.000 horas para poder recuperarse. Se llama Fran y ayer se puso de nuevo el uniforme de policía para estar, de nuevo, con “su familia”.

El 5 de septiembre de 2020, un narco embistió un coche patrulla en Algeciras. Su compañero y él lo pueden contar de milagro. Tres personas fueron condenadas a más de 32 años de cárcel por asesinato en grado de tentativa. Ocurrió a las 6:35 minutos de la mañana.

41 cicatrices, mucho tiempo en la UCI y 597 días después, Fran volvió ayer a su comisaría en Algeciras.

A Fran y a su compañero, aquel 5 de septiembre, en plena madrugada, les llegó un chivatazo. Un alijo por la zona de Getares-Ballenera-Faro en Algeciras estaba llegando en un todoterreno. Ese coche no varió su dirección al tener delante a los policías y fue a por ellos. Trataron de salir de su vehículo patrulla, pero se los llevó por delante.

El parte médico de Fran era estremecedor. Fran tiene reconocida una discapacidad del 60% por las heridas y, de momento, se reincorpora a un puesto administrativo. Pero donde vaya Fran es lo de menos.

Lo de más es su compromiso, como el de muchos agentes del Campo de Gibraltar que están en el punto de mira del crimen organizado.

Y quieren estar, lógicamente, donde está su familia…