Suzanne Simard, de talar árboles a ser ecologista forestal para protegerlos
Es la 'Historia del día' en 'Herrera en COPE'
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Suzanne Simard trabajaba en una empresa maderera, en la Columbia británica, en Canadá. Había seguido los pasos de su padre, abuelo y bisabuelo. Pero un buen día, algo le hizo click. Fue justo cuando varios compañeros se llevaban por delante un árbol que debía tener 25-30 años.
Se dio cuenta de que aquello era una absoluta aberración. Así que lo denunció en la empresa y fue despedida.
Lejos de apartarse de aquel mundo, Suzane decidió licenciarse en ecología forestal y, después, inició una serie de investigaciones para entender cómo funcionaba el bosque.
Ella siempre había vivido cerca de ellos, en las montañas Monoshee, y estaba convencida de que los árboles tenían una conexión especial.
Tras años de estudio, Suzanne descubrió algo hasta entonces desconocido: el papel de los árboles madre.
Demostró que los árboles más mayores, altos y fuertes son capaces de ceder nutrientes y agua a los árboles más jóvenes y que tienen menos acceso a la luz. De alguna manera, les ayudan para que sigan creciendo….
Su tesis -conocida y compartida en todo el mundo- llegó después de años de mucho esfuerzo en los que, incluso, estuvo a punto de tirar la toalla.
Ahora, esta mujer que empezó talando árboles se dedica, justo, a lo contrario: cuida de ellos para garantizarles vidas lo más largas posible.
Es la ‘Historia del día’ en ‘Herrera en COPE’.