Unas lámparas horribles, el mayor 'pongo' que le han regalado a un oyente por el que suspiraría Goyo González

Un zorro disecado con un sombrero mexicano, un reloj que suena con música estridente al dar las horas, un porrón de ganchillo... Todos estos objetos podrían ser pongos. Aunque para gustos, colores, parece haber una regla no escrita que marca la diferencia entre el buen gusto y lo hortera. Los pongos entrarían en la segunda categoría.Y es que, son objetos de dudoso gusto que suelen regalarse por compromiso y que generalmente suscitan la pregunta de: “¿Y esto dónde lo pongo?” De ahí su nombre.

Este martes en 'Herrera en COPE' le hemos preguntado a los oyentes de Carlos Herrera por los objetos más feos con los que les han obsequiado. Y ha sido difícil elegir un único pongo de entre todos, pues han sido muchos regalos desafortunados los que han salido a la palestra.

Entre todas las llamadas ha destacado la de Gustavo, que ha dicho que el pongo más pongo que le han tenido a bien regalar fueron unas lámparas con “una media luna azulada con una cara sonriente, con brillitos... Daban miedo”. Eran “cursis, hortera”, aunque “seguro que a Goyo González le habrían encantado”, ha señalado el oyente.

ESCUCHA AQUÍ A TODOS LOS 'FÓSFOROS'

Cuando las vieron, su mujer y él las rompieron, pero cuando se enteraron de que se habían roto, las personas que se las habían regalaron les enviaron unas nuevas.

El caso es que estas personas fueron a casa del oyente, así que por compromiso, el 'fósforo' quitó las lámparas que tenía en su habitación, “que se encendían cuando entrabas en el cuarto”, y las puso debajo de la cama.

La mala suerte hizo que cuando le dio al interruptor para que se encendieran las lámparas hortera, se encendieron las buenas que estaban debajo de la cama, por lo que las personas que les habían regalado los pongos se encontraron con el pastel.

Por ahora, y ante la crisis, imaginación y sentido del humor. Esta Navidad puede extenderse una alternativa gratuita al 'amigo invisible', es decir, a los pequeños regalos anónimos entre grupos de amigos y compañeros de trabajo: regalar pongos. Como ha dicho Herrera, a veces, entre la fealdad más fea, está la belleza.