Va de vacaciones en familia y no puede creer el motivo por el que tiene que frenar el coche: "¡Para!"

Es una de las historias que hemos descubierto en nuestra 'hora de los fósforos'

Va de vacaciones en familia y no puede creer el motivo por el que tiene que frenar el coche

Redacción Herrera en COPE

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Charlamos con nuestros 'fósforos' sobre los amigos imaginarios. ¿Tenían de niños? ¿Y sus hijos? Inma es la primera oyente que nos cuenta su caso. Explica que, de pequeña, no tenía un amigo imaginario. Tenía una clase entera porque le encantaba soñar que era profesora y jugar a ello. Se pasaba las horas 'dando clases'. No se lo contaba a nadie y ahora tiene a alguien imaginario con el que critica. Finalmente, por falta de capacidad no pudo ser docente. Estudió un módulo de comercio.

Alejandro es otro oyente que nos cuenta que "prácticamente no sabía que existía lo de los amigos imaginarios hasta que tuve a mi hija. Ella me hablaba de sus amigos de clase y especialmente de una. Se llamaba Carmen. Cuando acabó la guardería, yo buscaba a esta niña en la orla. No aparecía. Le pregunté a la profesora y me quedé a cuadros".

"Cuando le regañaba, siempre me decía que había sido él"

Con el tiempo, habló con su hija sobre ello y "lo recuerda como una anécdota graciosa. Pero no recuerda si era ficticia o real". Teresa es una 'fosfora' que, por primera vez, se ha decidido a llamar. Tiene 3 hijos. El pequeño tiene 18 años, se llama Guille, y hablaba con un amigo imaginario. Pero tenía una pandilla completa. Una vez iba en el coche de camino a sus vacaciones y el niño pidió que parase para que subiese uno de ellos. Y claro, no existía. Escucha aquí la sección completa. ¡No te lo pierdas!

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¿Tienen nuestros fósforos, o sus hijos, amigos imaginarios?

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Otra oyente relata que su hijo era muy original. Era muy pequeño, tenía 2 amigos. Un conejito y una liebre. Inmediatamente después, Marta argumenta que "hasta los siete años, teníamos a Pepita en casa. Y era una más a la hora de sentarse a la mesa y casi ponerle el plato. Íbamos por la calle y le dábamos la manita para cruzar. Y también se sentía en el coche. Estaba con nosotros todo el tiempo".

Lo llegaron a consultar con el pediatra y les dijeron que su niña iba a ser muy inteligente. Y fue así. "Tiene unas capacidades artísticas brillantes. Ahora, tiene 24 años. Es fotógrafa y es muy feliz".

Por último, saludamos a Mari Carmen. Su historia es muy parecida a la de Marta. Tiene una hija que, con 3-4 años, "tenía su hermano imaginario y cuando la llevaba en el coche al colegio, iba hablando. Me decía que hablaba con Billy. Me ha dicho que me quede con él en casa. Cuando le regañaba, siempre me decía que había sido él. Y así todo el tiempo". ¿Y qué hacían los padres? Pues responde que lo vivía como si fuera de verdad.

¿Por qué aparecen los amigos imaginarios?

Como hablábamos en 'la hora de los fósforos', hay una etapa de la infancia en la que la imaginación juega un papel importantísimo para el desarrollo y es en ese momento en el que aparecen estos amigos imaginarios que nos acompañan durante un tiempo que puede ser más o menos prolongado.

Pero no hay de qué preocuparse porque son una creación espontánea de la mente de los niños y no hay un motivo concreto por el cual aparecen en ese mundo de fantasía. No es extraño que aparezcan entre los 2 y los 7 años y son reflejo de una gran sensibilidad y creatividad. No son un síntoma de nada que deba preocupar a los padres y madres y, de hecho, sirven para que el niño se desarrolle emocionalmente y expresen ciertos sentimientos que, quizá de otra manera, no podrían liberar.

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