“Les hablo desde el portal todavía embadurnado de barro de una casa colindante a un garaje abierto del que se desprende el olor a barro”

Señoras y señores, me alegro, buenos días. 

Les hablo ahora mismo desde el portal todavía embadurnado de barro, de una casa colindante a un garaje abierto del que se desprende el olor a barro y las manchas por paredes y puertas, y colindante junto a unas botas de goma a otro local que en su día, al parecer, tuvo que ser una tienda de regalos, Regalos Luna, hoy todavía con el rasguño de la herida de la riada después de desbordarse el barranco de El Poyo, aquí en Catarroja. 

Estoy en la calle Asturias, hemos venido a Valencia 52 días después, y 52 días después no es que sean visibles las heridas, graves heridas en el mobiliario urbano de la ciudad, sino que uno piensa que tuvo que ser una riada de agua que alcanzó el doble de mi altura en esta calle, quizás seguramente algo más, y que fue corresponsable junto con otros municipios, Catarroja, Masanasa, Paiporta, Benetúser, Sedaví, de cómo más de 200 personas perdieron la vida llevadas por el agua. 

Estoy caminando por esta calle, donde el barro todavía está más que muy presente, no les digo ya la puerta de este otro garaje, abierto, todo está abierto, y me acerco a lo que son los restos de una motocicleta, junto a la vera de un contenedor de vidrio, en una plaza que habla de lo que en su día tuvo que ser, una motocicleta completamente llena de barro, inutilizada, imposible. 

Realmente si un artista de la deconstrucción hubiera querido hacer algo parecido para exponerlo, no lo podría haber hecho mejor, que lo que la naturaleza hizo en este lugar, en Catarroja. 

Bueno, esta mañana queremos, de alguna manera, echarle un vistazo a la reconstrucción. Ya estamos, efectivamente, en la reconstrucción, 52 días después de lo que fueron aquellas terribles horas en esta ciudad. 

En esta y en otras ciudades colindantes, la parte sur, colindantes con la desviación del río Turia, que salvó, por cierto, a la ciudad de Valencia de lo que hubiera sido una catástrofe todavía mayor. 

Bueno, vamos a ver, la vida, además de aquí, y de lo que ocurre aquí, se desarrolla en varios ámbitos, y uno de ellos es, como saben ustedes, que el Supremo ha solicitado, formalmente, el suplicatorio para investigar penalmente a José Luis Ábalos, después de haberle escuchado, porque el juez considera que el ahora diputado pudo incurrir en cuatro delitos, organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación. 

La herida sigue supurando, porque hoy le apunto tres noticias de hoy mismo, una en El Confidencial, un whatsapp de Reyes Maroto, cuando era ministra de Industria, una conversación personal con Víctor de Aldama, en la que le anuncia que le pone en contacto con el director de Tour España, porque, al parecer, estaba interesado en mantener a Aldama, en España, la sede de la Organización Mundial del Turismo, como pasó.  

¿Es delictivo? No. Pero acredita la versión de Aldama sobre sus contactos reales con varios ministros más allá de Ábalos. 

Otra información, en El Español, insiste en la derivada de financiación ilegal del PSOE en comisiones por la licencia de hidrocarburos. Según el testimonio de Carmen Pano, una de las implicadas, la empresa Villafuel pagó un millón de euros a Aldama en el reparto de comisiones. 

Otra derivada, Santos Cerdán, hoy insiste El Debate en aportar datos sobre su enriquecimiento patrimonial. En 2019, el número 3 del PSOE pasó de tener 10.000 euros en sus cuentas a superar los 50.000. Sin que se haya... no sea justificado por haber tenido una herencia o algún ingreso extraordinario, eso coincidiría con el tiempo, con las acusaciones de Aldama de haberle pagado dinero en metálico y con otros movimientos, como la reforma de su casa y la compra de un Volvo todoterreno. 

Ayer declaró Begoña Gómez para responder a las preguntas de su abogado y responsabilizó a la Complutense de la gestión del software de la cátedra. Dijo que ella tiene un interés solamente altruista y que fue la Complutense quien vino a buscarla, no al revés. 

Estas son algunas de las cosas de hoy de las que hablaremos en la tertulia, créanme que estando en este escenario, que estando en esta plaza, que me siento incapaz de trasladarle a través de la palabra el estado en el que se encuentra 52 días después de la Dana, qué sería aquella tarde o aquella mañana después. 

La actualidad diaria es muy sugerente e importante y hablaremos de ella, pero que la vida, efectivamente, vivió un revolcón en estas poblaciones del que todavía, a estas horas, seguimos viendo las consecuencias.