"Toda la llamada a la serenidad seguramente es poca. Cuanto menos se enciendan los ánimos, mejor"

La tensa visita de los Reyes y Sánchez a Valencia y la ola de solidaridad con los damnificados por la Dana, en el monólogo de Carlos Herrera de este lunes 4 de noviembre

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Señoras y señores, me alegro, buenos días. 

Son las 8 de la mañana, son las 7 en Canarias. Es lunes 4 de noviembre. Hoy van a continuar las lluvias en el litoral de Cataluña y la Comunidad Valenciana. Especial atención a los chubascos tormentosos en Castellón, en Valencia, en el norte de Alicante.

 Las lluvias, llueve sobre mojado. Ayer lunes además se notó la marcha de muchos voluntarios que se habían acercado el fin de semana para ayudar. Y aunque dicen que toda ayuda es poca, porque el destrozo ha sido tan tremendo que es imposible llegar a todos los sitios con la contundencia que sería deseable.

 Ya estamos en, como saben ustedes, 217 fallecidos. Pero se contiene la respiración a la espera de que todos los aparcamientos públicos puedan ser revisados. 

Los hechos de ayer en Paiporta merecen una reflexión. Con la serenidad exigible para este tipo de momentos, como le decía a las 6 de la mañana, toda la llamada a la serenidad seguramente es poca. Cuanto menos se enciendan los ánimos, mejor. 

Porque de ayer nos quedan imágenes inéditas, pero nos queda una constatación. Felipe VI y la Reina Letizia estuvieron a la altura de las circunstancias. Es decir, exhibieron vergüenza torera. 

Hoy hay demasiada prisa, igual que la vi ayer, por encontrar responsables a la poca eficaz gestión de la catástrofe. Seguramente la experiencia dice, o la sensatez dice que esas cosas es mejor dejarlas para cuando los efectos de las tragedias empiezan a ser amortiguadas. 

Pero no es fácil. Ocurre además que la tentación de rentabilizar políticamente una catástrofe siempre es mucha. Empezando por los que no han tardado ni un minuto después de las riadas en culpar a una administración autonómica hasta de que estaba cayendo agua. 

Ahora la consigna, si ustedes se asoman a la prensa sanchista y al equipo nacional de opinión sin compromiso, es general y además con mucha dedicación en culpar a la Casa Real de la osadía de pisar los terrenos anegados. 

Es de momento un empeño erróneo en acusar a la Casa del Rey de precisamente un empeño erróneo. Eso lo dicen los medios financiados por el gobierno. 

Encima además pretendían que el abandono de aquellos que han sufrido las riadas y las consecuencias de la Dana no tuvieran nadie que les visitara. Lo ocurrido obliga al gobierno  exactamente a lo que no ha hecho, ponerse al frente y declarar emergencia nacional. 

Habrá que seguir luchando, con la dificultad añadida de las nuevas lluvias, cruzando los dedos para que en los garajes no salgan demasiados fallecidos”

Carlos Herrera

Director de Herrera en COPE

Es la administración central del estado y el ejecutivo concretamente y no la comunidad autónoma quien debe tomar iniciativas y no dejar encima de la mesa esa frase que va a perseguir a quien la ha pronunciado durante toda su vida. Si necesitan algo, que lo pidan. Lo cual es una ruindad que va a resultar inolvidable, insisto. 

Es verdad que ayer los nervios, la alteración, la desesperación, la ira, puede incluso que algún interesado agitador mezclado entre todos ellos provocaron unas protestas que aguantaron el jefe del Estado y el presidente de la Comunidad Valenciana y que hicieron que Sánchez hubiera de ser rápidamente evacuado. La verdad que no sé si contra su voluntad o no. Y es probable que de no haberse marchado, empujado por su guardia de seguridad, hubiera acabado linchado. 

"el Rey aguantando y Sánchez huyendo"

Y todo ello es digno de ser censurado, pero no solo censurado, perseguido incluso. Pero al final la imagen que queda del episodio bochornoso es la del Rey aguantando y Sánchez huyendo. 

Es una imagen que puede no ser todo lo justa que queramos, pero es la que queda. Le guste o no, se dejó solo al Rey. Bueno, se quedó Carlos Mazón. 

A estas alturas ya sabrán en la Casa Real que con Sánchez no se puede ir a ninguna parte, porque además toma al Rey como escudo. Y después deberíamos cologir que las tragedias exigen líderes eficaces, pero eso no es tan sencillo. 

Cuando una situación como la de esta inclemencia llevada al extremo en forma de Dana ocurre, es muy difícil tomar con frialdad decisiones que además sean eficaces. 

Desde luego sí que hacen falta líderes que sepan dar un paso al frente, aunque en la toma de decisiones se cometan errores. Desde luego que den un paso al frente y que no releguen las responsabilidades a quien tiene menos medios y por lo tanto una responsabilidad menor. 

cálculo político

Y cabe sospechar además que eso se haga por cálculo político. Ya pasó la pandemia. Me quito de en medio y que en este caso el presidente valenciano se cueza en su salsa. 

El violento estallido de protesta, cuidado porque puede ser el prólogo de una sucesión de desastres, si no se traslada el ejemplo de administraciones más eficaces y sobre todo más volcadas con los que se sienten abandonados. 

Están sin luz, sin agua, muchos están sin casa. Y desde luego no intentar convertir la dana en otra campaña demagógica como la del 11M o la del Prestige. El Estado en todos sus niveles no ha respondido con eficacia. La Nación sí. El Estado ha colapsado, pero la Nación son sus ciudadanos, que ahí estaban con cubos, palas, escobas, lo que hiciera falta. 

El Estado, la administración central, ha tratado a Valencia como si fuese una provincia de un país vecino. Y el presidente del Gobierno no puede ser el representante de una serie de minorías que le mantienen en el poder, sino quien con todos los medios en sus manos, en lugar de anuncios tardíos, toma las iniciativas a tiempo. 

Y desde luego no pronunciar frases que le van a perseguir para siempre. Insisto, si necesitan algo, que lo pidan. Pero ¿cómo que lo pidan si siempre este ha hecho lo que le da la gana? 

Tanto teorizar sobre la máquina del fango que acabas encontrándotelo en la calle. Mientras, el Rey y la Reina dan ejemplo de temple, de valentía, de dignidad. 

degeneración institucional

Hay degeneración institucional y eso lleva al Estado a fracasar. El enfrentamiento político llevado al extremo trae situaciones como esta, y si no se leen bien las lecciones de esta tragedia a nuestro futuro va a ser muy incierto. Si la mayoría del Congreso no entiende que hay que contener las ganas de asaltar Radiotelevisión española y repartirse el botín con sus amigotes, es que no están capacitados para empatizar con los que sufren. 

Acuérdense de esa frase de Aina Vidal, que creo que va a ser una portavoz de Sumar, 'los políticos no estamos para checar agua'. Esa miseria lo dice todo. O la arrogancia y falta de vergüenza de Sánchez, de tildar de violentos extremistas a quienes no le sonreían en Paiporta. Siempre hay que tener un ultraderechista a mano. 

Nada más bajarse del coche y comenzar a andar a la comitiva, quedó claro que los ánimos no estaban para visitas de autoridades. Y luego los gritos de 'asesinos' o 'fuera, fuera' se convirtieron en lanzamiento de barro y de algunos objetos. Y ahí el primero que decide evacuar es Pedro Sánchez, al que habiéndose dado ya la vuelta buscando el coche oficial, parece que el mango de una pala le roza la espalda o le pasa cerca, impactando a la gente que tiene a su alrededor. 

Y algunos observan y comentan la escena desde los balcones. 

Mientras Sánchez abandonaba la escena, no sin muchos apuros, porque hubo gente que siguió hostigando la comitiva de coches hasta donde pudo, Carlos Mazón, decidió quedarse donde el Rey, de forma discreta, sin tomar la palabra, pero sin abandonarle. 

El Rey no solo se saltó el protocolo, sino que decidió acercarse a la gente a hablar con ellos. Es un pasaje de bastantes segundos, pero merece la pena ser revisitado porque estamos ante un documento sonoro que va a formar parte, desde ya, de la acervo audiovisual de nuestro país. 

En fin, hoy será otro día duro en la provincia de Valencia. Habrá que seguir luchando, incluso con la dificultad añadida de las nuevas lluvias, cruzando los dedos para que en los garajes que ya se están achicando agua no salgan demasiados fallecidos. Y haciendo que continúe llegando la ayuda tan necesaria a la gente que tan mal lo está pasando.

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