Barbosa: “Es la cuarta vez, en la última década que Cataluña activa el reloj de la repetición electoral”
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Nos hemos cargado ya el primer fin de semana del verano.... y hoy lo que toca es felicitar a todos los juanes y juanas de este mundo... porque hoy es su festividad.
Hoy celebramos el Día de San Juan, tras una noche de verbena y hogueras en la playa, en muchos lugares de España.
Decíamos hace un rato que los padres con chavales que salen de fiesta en noches como esta no decansan hasta que su hijo o su hija vuelven a casa, algunos incluso a estas horas ya tan tardías.
Y no queremos dejar pasar la ocasión para, en una mañana como esta para rendir también homenaje también a los servicios de limpieza.
Porque es digno de admiración como, en tiempo récord, dejan las playas como una patena como si nadie hubiese hecho hogueras ni tirado un solo vaso a la arena en esta noche tan movida.
Los que, en nuestros tiempos mozos, íbamos a cubrir esa operación de limpieza a las playas de Barcelona, siempre nos fascinó la rapidez con la que los de la verbena dejan paso en poco tiempo a los primeros bañistas y eso es posible porque hay profesionales que se lo curran, y mucho, en estas horas.
Como algunos llevan la radio puesta en el pinganillo o en la radio que llevan en el carrito de limpieza vaya desde aquí nuestro guiño y nuestro reconocimiento.
Milei en España
Y miren, de las cosas de la información, este lunes todavía habrá algo de polvareda por la visita de Javier Milei a España.
Este fin de semana pasó lo que tenía que pasar: La presidenta madrileña, Díaz Ayuso puso al presidente argentino por las nubes, el propio Milei no decepcionó con sus referencias a favor de la libertad, en contra del estatismo que representan las políticas socialistas, con referencias también indirectas a la mujer y el hermano de Pedro Sánchez (no sabemos si Sánchez calculó bien con quién se estaba metiendo, porque a “constancia en la porfía” a Milei no le gana nadie).
Y, claro, el gobierno haciéndose el indignadísimo “qué cómo puede el gobierno madrileño dar pábulo a un señor que se mete así con España”.
Bueno, hay que decir que cuando la vicepresidenta asegura que Milei insulta a España, en realidad no es así: Milei no ha insultado a España. Con España se ha metido Maduro, se ha metido López Obrador y la insultan cada día los socios golpistas de Sánchez, sin que a este gobierno se le mueva ni un solo pelo de las cejas; Milei, en realidad, se ha metido y se va seguir metiendo con Sánchez, su familia y su política.
Y además siempre podrá decir que esto lo comenzó el sanchismo cuando le fue a buscar, primero diciendo que ojalá volviera a ganar el peronismo en Argentina (que ya hay que querer poco a Argentina, para desear que sigan los que le provocaron un 40% de pobres y un 140% de inflación) luego hablando con displicencia de “el de la motosierra” y, como eso no funcionaba, mandaron a Óscar Puente a llamarle drogadicto.
Y ahora todo ha sido victimismo y polvareda. En fin, lo previsto.
Pero miren, más allá de esto, esta semana que arranca, sí que puede dejarnos momentos importantes o al menos significativos.
Cataluña activa el reloj de la repetición electoral
El miércoles se celebrará el pleno en el Parlamento de Cataluña, que debía ser un pleno de investidura pero que, al final, será un pleno de poner en marcha el reloj.
El reloj de la cuenta atrás para que elegir a un nuevo presidente catalán, con la presión añadida de que el tiempo va a empezar a correr y que, si no hay candidato el 26 de agosto, habrá que convocar nuevas elecciones el 13 de octubre.
Es la cuarta vez, en la última década, que Cataluña activa el reloj de la repetición electoral, porque los partidos políticos son incapaces de aceptar la realidad social de Cataluña y actúar en consecuencia. Los separatistas se empeñan en hacer ver sólo existen ellos y, si acaso, los pagafantas del PSC que siempre están de muleta, pero a los que los indepes no consideran catalanes de verdad.
Es lo que le pasa al PSC con Esquerra: Les salvaron los presupuestos cuando estaban más solos que la una en la Generalitat y ahora Esquerra se lo paga así: “no, Illa, nosotros no te vamos a hacer presidente de buenas a primeras porque en realidad no sois catalanes de verdad ¿qué va a pensar la gente de Junts? Nos llamarían butiflers, y con razón”.
Es decir, ni distensión con la amnistía, ni agradecimiento por la impunidad judicial que les han regalado, ni nada de nada. El fanatismo en Cataluña sigue siendo el mismo de siempre, pero con unos indultos y una amnistía en la vitrina.
Y la situación, efectivamente, es más triste que nunca porque, ahora, a ese desgobierno y a ese fanatismo identitario se une la insistencia de Pedro Sánchez por mantenerse de presidente en Moncloa a toda costa ligando su futuro y la estabilidad de España a ese frenopático al aire libre que es la política catalana.
El Gobierno, empantanado
Fíjense el panorama que tenemos. El Gobierno está ahora mismo empantanado, sin atreverse a presentar grandes iniciativas en el Congreso, por miedo a sufrir derrotas parlamentarias, sin presupuestos nuevos, con la ejecución presupuestaria más baja que se recuerda hasta el mes de abril y encima sin ningún tipo de certeza en Cataluña.
De hecho, el reloj va a empezar a correr en Cataluña para ver si así el PSOE, Esquerra y Puigdemont se dan tiempo en verano para encontrar algún tipo de ecuación que les permita cuadrar el sudoku de sus intereses partidistas.
Obsérvese que “intereses partidistas" no tiene por qué coincidir con los intereses generales. Pero eso es algo a lo que, por desgracia, ya nos hemos acostumbrado.
Este fin de semana, ha dado cierta ternura escuchar a un socialista como Juan Lobato, líder (todavía) de los socialistas madrileños abogar por una financiación que sea, hombre “singular” para todos los territorios, no sólo para Cataluña porque todos somos singulares, especiales y todo eso.
Pues el 4 de julio, cuando se celebre el Consejo de Política Fiscal y Financiera, se verá si hay acuerdo o tomadura de pelo. De momento, da la sensación de que Lobato es como ese amigo al que no sabemos si contarle que la grúa se le acaba de llevar el coche.
No sabemos si decirle “que, no… Juan, que no… Que Pedro sólo tiene en mente la singularidad de Cataluña, no porque los ciudadanos de este territorio merezcan más o menos que los demás sino porque su élite política tiene la suerte de poder chantajear al presidente del gobierno y, lo más sorprendente de todo, es que el presidente se deje chantajear. Que eso es lo que hace de España ahora mismo un caso verdaderamente singular en el concierto internacional.
Aquí lo singular no es la financiación de Cataluña, aquí lo singular es Pedro Sánchez como personaje político. Como “singular” es su falta de escrúpulos parlamentarios y singular es su relación con Conde Pumpido, el hombre clave en cambio de régimen constitucional que se quiere operar por la puerta de atrás.
Y por si todo este pandemonio ya no fuera suficiente, a esto hay que añadirle la la derivada judicial.
Que esta semana puede seguir escribiendo capítulos cruciales en todo lo que tiene que ver con el nudo catalán, la estabilidad (o no) de la legislatura y el futuro del Estado de Derecho en España.
Capítulos que pueden escribir un puñado de jueces que, a diferencia de la mayoría del Constituional o de la mayoría de la cúpula fiscal, siguen sin estar metidos en el engranaje del sanchismo y siguen haciendo su trabajo, a pesar de los pesares.
Llarena podría mover ficha en cualquier momento
Uno es el juez Llarena que, esta semana (como la anterior) podría mover ficha en cualquier momento.
Que no lo haya hecho todavía que lleve más de una semana con la amnistía aprobada, pero sin tomar una decisión sobre su aplicación ha puesto a prueba los nervios a los indepes.
Porque Puigdemont sigue sin saber si va a decaer o no su orden de detención o si el Supremo va a aceptar amnistiar la malversación, o va a dictaminar que no o lo va a dejar en manos de una consulta a la justicia europea.
Y, con todas esas dudas encima de la mesa, lo que ha pasado es lo que se va a sustanciar esta semana en el parlamento catalán: que Junts ha pasado de exigir que el fugado fuera sí o sí el primero en presentarse a la investidura a desear todo lo contrario: que fuera Illa el que se presentara.
Y como ninguno se atreve, pues esta semana tendremos “reloj en marcha” para la repetición electoral.
Esto es importante señalarlo porque todo está tan intoxicado, todo está tan pervertido en este país en el que el gobierno ha dejado que unos delincuentes redactaran su propia ley de impunidad judicial y en el que la fiscalía está trabajando, no para perseguir delitos, sino para garantizar que queden impunes todo está tan envenenado que las decisiones de los jueces, sin pretenderlo, tienen consecuencias políticas.
Acuérdense que el hecho de que el Tribunal Constitucional prohibiera el voto telemático de los fugados precipitó el acuerdo para que Rull fuera presidente de la mesa. Hizo que Esquerra dejara al PSC tirado para aliarse con JUunts en la constitución de esa mesa.
Ahora, que Llarena se esté tomando su tiempo para mover ficha con la aplicación de la amnistía, eso ha contribuido a que Puigdemont quiera ganar tiempo, porque no ve claro lo de presentarse a la investidura, a pecho descubierto sin que la orden de detención haya decaído. Porque, por más que lo prometiera en campaña, en lo fundamental además de un fullero, sigue siendo un cobarde que le tiene pánico a la cárcel.
Y en estas hay que enmarcar la última derivada de todo este sudoku: el Juez Joaquín Aguirre que desde Barcelona sigue impulsando la causa de la trama Aguirre.
Aguirre fue el magistrado que hizo ver en su momento que había indicios para imputar a Puigdemont un delito de alta traición y no sabemos si, con aquel movimiento, le hizo un favor al fugado pero lo cierto es que aquel movimiento judicial provocó (como decimos) otro movimiento político.
Los golpistas hicieron caer el primer intento de aprobación de la amnistía y consiguieron que Sánchez les permitiera seguir metiendo la cuchara para tratar de blindar el delito de alta traición.
Bueno, pues andando el tiempo, Aguirre ha imputado finalmente a Puigdemont un delito de alta traición que podría ser el que peor encaje tuviera en la amnistía.
Máxime, cuando es algo que, junto con la malversación, interpela directamente a la Unión Europea.
Aguirre asegura que hay base más que suficiente para demostrar que los contactos de Puigdemont con el entorno de Putin buscaban desestabilizar a la Unión Europea.
Querían nada menos que destruir la cuarta economía de la zona euro y poner Cataluña al servicio de Rusia regalar a Putin un patio trasero incrustado en plena Europea Occidental.
El abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, dice que se va a querellar contra Aguirre y lo desprecia acusándole de tomar piscotrópicos así con esa ironía que se gastan los que han sido terroristas reconvertidos ahora en abogados de fugados.
Pero también decía el sanchismo que Milei tomaba drogas y ahí le ven, fustigando a los que se creían más listos que nadie.
Veremos cómo acaba esta historia porque, por más que esta noche hayamos querido echar al fuego purificador lo peor de la política española, a esto no se le ve un final demasiado cercano.