Herrera: "Delgado es una sectaria con la que Sánchez politiza la justicia y no desjudicializa la política"
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Señoras, señores, me alegro, ¡buenos días!
¿Qué tal están? Son las 8 de la mañana, son las 7 en Canarias, es martes, es 14 de enero del 2020 y estamos en lo que estamos, ahora mismo encontrar pescados. Bueno, pero fíjense ustedes que los que identificamos los peces como pescado es porque vemos el pez de otra manera que aquellos que ven el pez como pez. Y los peces son peces. Bueno, verá usted qué descubrimiento he hecho, que los peces son peces. Eso se puede comprobar aquí en el Acuario de Sevilla, aquí en el Muelle de las Delicias y en este Auditorio Global Omnium, donde nos encontramos esta mañana y estaremos hasta que sean las 12 del mediodía hablando de eso: de peces, de los muchos peces que hay aquí, de los animales asombrosos que pueden conocer en esta misma sala en la que nos encontramos de la primera vuelta al mundo de Magallanes que pueden recrear en este auditorio y, aparte del auditorio global, de todas las medusas del mundo habidas y por haber, de todos los peces del lago Tanganica que están aquí detrás de un servidor, del tanque de tiburones.
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Por cierto, hace 50 años que se estrenó la película 'Tiburón', 50 años de la película 'Tiburón'. Muchos de ustedes no habían nacido, de los que están aquí, digo, en el auditorio; de aquella película que sembró el pánico en la gente que se iba a bañar y la guasa de lo que en algunas playas iban con una aleta, la llevaban debajo del brazo, se sumergían, se la ponía en la cabeza e iban pasando por el agua para terror de aquellos que estaban cerca de la costa. Hoy hablaremos de aquel miedo a los tiburones y de aquella película de Spielberg. Bueno, de esto y de otras cosas y de otros miedos que siempre hay, como saben ustedes, en la actualidad política en España.
Hoy es el primer Consejo de Ministros del nuevo gobierno de Pedro Sánchez y hoy se espera, además de alguna decisión marca de la casa, el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado, que es lo que más se ha venido hablando en las últimas horas, mucho, y necesariamente no demasiado bien, incluso por aquellos que le permiten todas las tonterías que quiera a Pedro Sánchez. Todas las exhibiciones, todas las chulerías, todas las extravagancias.
La verdad es que con este nombramiento Pedro Sánchez ha superado todas las expectativas por hacer pasar del Ministerio de Justicia a la Fiscalía General del Estado a una misma persona que podría ser una persona inmaculada y también, efectivamente, seguiría siendo una decisión muy arriesgada, pero, además, en el caso del perfil arrogante, incompetente, sectario de la señora Dolores Delgado hace que ese paso sea mucho más llamativo, mucho más escandaloso. Ya verán ustedes, si ustedes la han seguido a través Ministerio de Justicia, lo que va a dar de sí al frente de la Fiscalía Genera de producirse el nombramiento, que se va a producir indudablemente.
Dolores Delgado ha sido reprobada tres veces por el Parlamento, tres veces. Cuando haya que templar algunas de las duras decisiones contra los golpistas, no tengan ninguna duda de que ahí estará ella. Es verdad que podía haber sido peor porque podía haber nombrado directamente a Garzón fiscal General del Estado, que tampoco nos habría sorprendido tanto, pero con este nombramiento Sánchez nos demuestra qué es desjudicializar la política tal y como anunció, como ha anunciado en alguna ocasión. No era tanto desjudicializar la política como politizar la justicia. Y lo que venga porque se empieza por la Fiscalía General del Estado y se sigue por el Consejo del Poder Judicial y luego se sigue por el Tribunal Constitucional.
Para que quede claro, el nombramiento es una forma de decir que quede muy claro quién manda aquí y que quede muy claro para quién va a trabajar la Fiscalía General del Estado porque, miran, Pedro Sánchez no tuvo reparo, y lo hizo a través de Dolores Delgado, de poner a su servicio a la Abogacía del Estado, hacer de la Abogacía del Estado la Abogacía del gobierno, de los intereses concretos del partido del gobierno. Y ahora, después de la Abogacía del Estado, lo hace con la Fiscalía, que es una forma también de querer controlar el Poder Judicial.
Sánchez está dispuesto a todo, a lo que haga falta, y no le va a importar lo más mínimo lo que digan asociaciones de fiscales, lo que se diga desde el mundo de la judicatura, desde medios de comunicación, desde cualquier ámbito de la opinión pública. Ahora todo es posible y está dispuesto a todo.
Ustedes, por ejemplo, ¿se imaginan a Dolores Delgado en la Fiscalía General del Estado cuando hubo, a través de los fiscales de sala, que tipificar el delito de los procesados por el caso del 1 de octubre? ¿Ustedes creen que la Fiscalía habría seguido manteniendo el delito de rebelión o haría como la pastueña Abogacía del Estado, tragárselo todo y seguir el consejo del jefe? No creo que haya muchísimas dudas. Con esto los fiscales saben a qué atenerse y ella ha llegado para varias cosa: para tomar decisiones muy importantes, alguna de ellas es, por ejemplo, apoyar los indultos.
La Fiscalía en tiempos de la señora Segarra, que es la anterior, ya había advertido que se opondría a cualquier tipo de indulto. En este caso, esta aplaudirá con las orejas. Respaldar los recursos ante los tribunales, no estorbar en concesiones de permisos penitenciarios porque el gobierno de Sánchez está sostenido, entre otros, por señores que están en la cárcel condenados por delincuentes y a los que o con los que hay que tener determinados gestos que solamente se pueden tener si tú controlas la Fiscalía General del Estado.
Algunos están diciendo: "Oiga, ¿es que no van ustedes a conceder ni cien días de cortesía al gobierno de Sánchez?" Es que ni siquiera Sánchez concede cien días de cortesía a la decencia política. Cuando tú no contestes cortesía a la decencia política tampoco esperes que te dediquen a ti mucha cortesía parlamentaria o algo parecido.
Cuando lo primero que hace un gobierno es asaltar la independencia judicial, y este es el primer paso, es decir, cuando lo primero que hace el gobierno es una exhibición de autoridad, yo soy el que mandó y, además, no me voy a cortar nada y, además, el que no obedezca que se prepare, hombre, pedir cortesía parece una extravagancia.
En resumen, el nombramiento de la señora Delgado es legal, claro que sí, pero es una burla a la independencia y a la imparcialidad de la carrera fiscal de la que me imagino que los fiscales habrán tomado buena nota.
Esta y otras cosas forman parte de la actualidad de hoy, aquí desde el auditorio global Omnium del Acuario de Sevilla, en el Muelle de las Delicias, donde al fondo puede que haya sitio, donde vamos a contar peces uno detrás de otro y otras cosas que no son peces, pero que también a veces parece que van por debajo del agua.