Herrera: "Tenemos un Gobierno que pasa 'por cima' de derechos fundamentales con la excusa de la pandemia"
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Señoras, señores, me alegro, ¡buenos días!
Hoy es el día que hace 65 de este confinamiento. 65 y lo que queda. 65 y más. Por cierto, 65 y más es un diario digital, el diario digital de los mayores, me gusta consultarlo todos los días. Oiga, ha llegado a los 5 millones de usuarios únicos en un año de vida. Cinco millones de usuarios únicos al mes.
Bueno, vamos a ver, 65 días y un estado de larma para 30 más, que es lo que pide el Gobierno, de lo que ahora le voy a hablar. Ayer el número de personas fallecidas descendió por debajo del centenar, 87 fallecidos. Ya saben que si el patrón que hemos venido siguiendo en las últimas semanas, a partir de mañana martes se va a producir un repunte. En cualquier caso, cifra que está lejos de los casi 1.000 fallecidos al día.
En novedades de este Gobierno, que ya saben ustedes, hace que el desconfinamiento se juegue en tres pistas diferentes. Unos en la fase uno, otros en la fase 0,5, otros ya en la fase 2 a partir de hoy. Las rebajas se van a poder realizar porque... En fin, Sanidad prohibió a los comercios que hicieran rebajas como si Sanidad marcara o pudiera marcar el precio de los productos de las tiendas. Luego Comercio corrigió a Sanidad y permitió las rebajas. Luego Sanidad corrigió a la corrección de comercio y las prohibió. Y luego el BOE ha publicado que estarán permitidas a partir de hoy. Eso en cuatro días. Bueno, nos da una imagen, una idea genérica más o menos del cacao y del galimatías que lleva este Gobierno.
Bueno, pues después de nueve semanas de confinamiento, nueve semanas, ayer el Gobierno anunció que está estudiando hacer obligatorio el uso de la mascarilla con criterio general en los espacios públicos. Y esto también ilustra, al igual que lo de las rebajas, la poca credibilidad de esta gente y de los técnicos del Ministerio en la gestión de la pandemia. Porque yo ya he perdido la cuenta de las instrucciones contradictorias que nos han dado al respecto. Simón ha defendido con la misma soltura una posición y la contraria. La mascarilla ha pasado de no ser recomendable a ser obligatoria. Y luego pretenden que tengamos confianza en lo que nos dicen.
ESPAÑA, EL PAÍS CON LA SEGUNDA MAYOR TASA DE MORTALIDAD
Al final, como ha ocurrido con la cuarentena a los viajeros que llegan a España, se adoptan a toro pasado medidas que este Gobierno se negó a adoptar al inicio de la pandemia, que habrían evitado la insótica tasa de contagiados y de fallecidos que hemos tenido en España. El sábado, con el desahogo que le caracteriza a este Sánchez de nuestros dolores, se le ocurrió salir a presumir ante los televidentes que aún le soportan, de haber evitado 300.000 muertes. Así de sobrado. Insólito. Y el gobernante que presenta la segunda mayor tasa de mortalidad de todo el mundo, y es la mauor porque el que está por delante, Bélgica, los cuenta todos, que asi aquí se contasen todos, seríamos los número uno, diga con todo su desparpajo que gracias a sus medidas no han muerto 300.000 personas, que son las que han muerto en todo el mundo. Lo que intenta Sánchez es ocultar que son sus errores como presidente del Gobierno lo que nos ha traído hasta aquí. El confinamiento más duro de Europa, la peor cifra de muertos e infectados.
Lo que Sánchez tendría que explicar, que no va a explicar, es por qué en España tenemos 586 muertes por cada millón de habitantes. Francia tiene menos, Alemania mucho menos, Portugal muchísimo menos y Grecia tiene 15. Incluso los EE.UU. de Trump, que se presentan como la peor gestión mundial, pues presentan una tasa de mortalidad de 269 por cada millón de habitantes, menos de la mitad de España.
Y luego está el desconfinamiento, esto que les digo que unos en fase uno, otros en fase 0,5, otros en fase 2 a partir de ahora. Las comunidades autónomas le han pedido al presidente del Gobierno que haga públicos, transparentes, los criterios para el reparto de los 16 mil millones de euros prometidos.
Después de este desconfinamiento asimétrico, pues todo está resultando arbitrario y anárquico, parece razonable que las autonomías quieran tener claros los criterios de reparto de dinero. La negativa, por ejemplo, del Ministerio de Sanidad a autorizar el avance de Madrid a la Fase 1, todavía ha enconado más el enfrentamiento entre las dos administraciones que ayer se visualizó en las preguntas que le hizo Díaz Ayuso en la Conferencia de Presidentes a Sánchez y que no respondió ni una. Ni una.
LA FASE 0,5 DE LA COMUNIDAD DE MADRID
Aquí hay un episodio particularmente chusco en el desconfinamiento que fue el famoso informe del Ministerio de Sanidad, que se firmó horas después de haber sido comunicado a la opinión pública y que si filtró a los medios antes de que hubiera sido enviado a la Comunidad de Madrid. Bueno, se filtró a El País.
Primero es una falta de respeto institucional, que Ayuso y el consejero se enteraron de la existencía del informe mientras estaban en rueda de prensa. Pero es que, además, no parece que sea un ejemplo de seguridad jurídica, que los informes técnicos del Ministerio se validen horas después de comunicarlos. Lo único que indica ese episodio que cuando salieron a informar a la opinión pública Illa o Simón no existía formalmente el informe que dejaba a Madrid fuera de la Fase 1. El informe aparece cuando Madrid amenaza con ir a los tribunales si no se lo entregan. Es un auténtico desorden.
Y como siempre, con este Gobierno, lo de reglamentaciones que horas después rectifican. Todas estas cosas ocurren porque tenemos un Gobierno profundamente chapucero, desbordado por la crisis sanitaria, que le ha cogido un gusto al estado de alarma que le permite hacer y deshacer a su antojo, que pasa por “cima” de derechos fumdamentales con la excusa de la pandemia. Derechos como la libre circulación, derecho de reunión, etcétera, etcétera.
¿Dónde queda la igualdad de los españoles? Como los que viven en el País Vasco pueden moverse libremente y los de Andalucía, Galicia o Aragónn no podrán hacerlo. ¿Cuál es la razón? Que Sánchez lo ha utilizado en virtud de un estado de alarma que puede utilizar para dar privilegios a unos y castigar a otros en función de criterios e intereses particulares del PSOE.
Esta semana se va a volver a votar en el Congreso la prórroga de un mes, que es lo que quiere. Si ERC vuelve al redil, que puede pasar a cambio de algo, pues no tendrá que depender de Cs. ¿Qué hará Cs? Me extrañaría que le cediera ese privilegio a Sánchez sabiendo que los ha utiliado como un clínex, que es exactamente lo que hace siempre.
HERRERA, SOBRE LAS CACEROLADAS
Y luego, mientras tanto, las caceroladas se van extendiendo por todo el país. Lo que parecía una anécdota se ha convertido en un fenómeno cada vez más extendido. Se escuchan cacerolas fuera de Madrid, dentro de Madrid, en muchas zonas desde la calle Ferraz hasta barrios llamados más obreros, ciudades como Móstoles o Fuenlabrada.
La izquierda oficial es incapaz de digerir esas protestas y mantiene la descalificación a esas personas que participan en ellas: los Cayetanos, el triparty españaol o esos eruptos mentales del majadero este de Monedero, que les ha llamado indecentes, golpistas, hemofílicos, gilipollas.. Uno escucha a Monedero y le dan ganas de coger la cacerola aunque no la haya cogido nunca.
Y luego el Jocker de la política, el colega de Monedero, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que ayer apareció en un telediario de Antena 3. Toda la comparecencia parece una crónica en sí misma. Primero para alabar a Matías Prats, correcto y atinado, y después por el espectáculo de las respuestas, que empezaron con un tono susurrante. Ya saben que Iglesias se ha vuelto susurrante a ratos, constantes llamadas a la unidad y relamido y que no se hiciera política y todo iba en ese tono zen hasta que Matías le pregunta por su responsabilidad en las residencias que dependen de su área. Entonces le salta el chip, el relé o lo que quieran, Iglesias se olvida de los susurrros, de las llamadas a la unidad, hasta de su propio consejo de no hacer política, y salieron todos los tópicos políticos que pudieran imaginar: las privatizaciones, los fondos buitres, los ricos insolidarios. ¡Qué cansino y qué pelma! Ahí lo tienen, el susurrante.