“Dormíamos con zapatillas por si teníamos que salir corriendo durante el paso de Irma”

Hace cuatro años, Eduardo, su mujer Susana y sus tres hijos eligieron para vivir la preciosa isla caribeña de San Martin. Pero hace menos de un mes, el huracán Irma truncó su sueño. Irma, con categoría 5 y picos de viento de hasta “400 kilómetros/hora” arrasó su casa, su negocio y puso a la familia a cero.

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Pese a todo, Eduardo López se ha mostrado en 'Herrera en COPE' "con ganas suficientes de seguir adelante". "Tenemos que empezar de nuevo, no es la primera vez y me sobran las fuerzas”. "Estoy peleando para ver si proveedores, socios y amigos podemos tirar todos juntos para delante como hacíamos antes”.

“Le envié un mensaje a mi cuñada despidiéndome"

ESCUCHA LA ENTREVISTA COMPLETA | Eduardo y Susana en 'Herrera en COPE'

Susana, su mujer, recuerda cómo se prepararon los dos días previos al tifón. "La comida no me preocupaba porque teníamos la de la tienda pero compré mucha agua y muchos platos y vasos de plástico porque sabíamos que no íbamos a poder lavar”, explica. “Veíamos que el huracán nos iba a pasar por encima, parecía que venía pilotado hacia nosotros".

Cuando llegó, relata "había picos de viento de casi 400 kilómetros por hora", por eso se temieron lo peor. “Le envié un mensaje a mi cuñada despidiéndome. Le dije que si pasaba algo que se lo diera a mis padres”, recuerda.

“En casa guardamos todos la tranquilidad. Dormiamos vestidos y con las zapatillas puestas, por si teníamos que salir corriendo por encima de cristales. Al principio estábamos en un habitación pero parecía que iba a reventar y nos fuimos al cuarto de baño. Eduardo pegaba su espalda contra la puerta, como si pudiera hacer algo", ha contado.

"Hicimos lo que pudimos para proteger nuestro negocio pero frente a esto no se puede hacer nada”

Eduardo recuerda la secuencia de las largas ocho horas que vivieron. “La tormenta empiezó suave y fue pasando a fuerza 1, 2, 3, 4, y Después del infierno, amainó, salió el sol, pero no sabes si esa tranquilidad es el ojo del huracán o que éste ya ha pasado". Entonces se confirmaron sus peores sospechas y "todo empiezó de nuevo desde 100".

La familia lo perdió todo. “Ahora estamos en encefalograma plano, no sabemos hacia donde tirar. Este año seguiremos en España porque los niños ya están en el colegio y el año que viene ya veremos”, ha señalado Susana.

Irma, lamenta Eduardo, “no ha sido un huracán al uso, nadie lo esperaba. Hicimos lo que pudimos para proteger nuestro negocio pero frente a esto no se puede hacer nada”.