En 'Herrera en COPE'

El forense del Caso Diana Quer: "Escudriñamos cada centímetro del hueso para sacar información útil"

Fernando Serrulla, responsable de la Unidad de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia, ha dedicado todo su tiempo a descubrir cómo el Chicle mató a Diana Quer. La saponificación y el proceso de esqueletización del cuerpo de Diana han sido clave en la autopsia de la joven.

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Forense caso Diana Quer: "Es mejor tener un teijido saponificado que un esqueleto"

Virginia Areños

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Fernando Serrrulla ha estado cerca de una semana buscando las huellas del delito en los huesos de Diana Quer. 

El forense encargado de la autopsia de Diana Quer, le ha contado a Herrera en COPE, que "siempre prefiere trabajar con un cadaver completo porque da muchas más información" pero cuando este cuerpo no existe "tenemos que escudriñar en cada centimertro cuadrado del hueso para intentar sacar alguna información que sea útil al procedimiento judicial".

Fernando Serrulla no ha emitido ninguna lectura concluyente sobre el caso Diana Quer "prefiero no hablar. Es una cuestión de criterio porque nunca hablo de un caso judicializado" pero sí ha explicado lo relevante que es, para un forense, tener un cuerpo que haya estado varios días en el agua: "Los cadáveres que permanecen en el agua no se descomponen a la misma velocidad que en la tierra o en el aire. Se descomponen mucho más lento y con frecuencia se produce un fenómeno de saponificación que hace que los tejidos se conserven relativamente". 

Ese fenómenos de saponificación le permitió a Serrulla "obtener huellas dactilares de hasta cinco soldados de la guerra de las Malvinas, hasta ese punto se conservan los tejidos". El especialista en medicina legal colaboró este verano con Cruz Roja Internacional en la identificación de soldados de la guerra y destaca que "no podemos hablar de reconocimientos faciales pero es mejor disponer de un tejido saponificado que de un esqueleto”. 

Aún así, matiza: “Hay muchos elementos que desaparecen en un cadáver saponificado, como las células", pero "sí podemos ver si existe un hematoma. Nosotros lo vemos como una zona muy oscurecida y si debajo de esa zona vemos una pequeña fractura eso es suficiente patra argumentar que ahí existió un fenómeno traumático". 

La unidad en la que trabaja Ferrulla en el Hospital de Verín se ha hecho famosa por su trabajo en el proceso de esqueletización de cadáveres. Una técnica que el forense asegura "no está muy extendida. Creo que en España solo se desarrolla en Madrid, Barcelona y Galicia".

¿En qué consiste este proceso? El forense encargado de la autopsia de Diana Quer se lo ha explicado a Herrera en COPE: “Una vez estudiadas las partes blandas, la esqueletización permite estudiar el hueso limpio, para ver si hay o no lesiones que puedan contribuir a la investigación judicial". E insiste en que "se estudia todo lo que queda. No desechamos ningún pequeño fragmento, todo tiene que estudiarse hay que ser muy minucioso y estudiarlo todo”. 

El antropólogo señala que la esqueletización “está basada en métodos arqueológicos. Nos ayuda a fundamentar si ha habido alguna rotura e identificar la causa de la muerte: accidental, suicida u homicida”. Otro de los objetivos de esta técnica, añade, es la identificación: “Hay que olvidarse muchas veces del reconocimiento facial porque no es tan fácil conocer a una persona fallecida. Nosotros el reconocimiento visual lo tomamos como un valor orientativio pero nada más porque no nos parece suficienteme significativo."

En este punto, Herrera le ha preguntado al forense si un cádaver saponificado es reconocible a simple vista por alguien que lo haya conocido antes. Serrulla ha contestado con un ejemplo: el del cadáver de Marilyn Monroe. "En una diapositiva tengo el cadáver fresco de Marilyn Monroe y cuando la enseño en mis presentaciones muy poca gente la reconoce. No es fácil ese reconocimiento porque cuando alguien muere hay un cambio del rictus, del tono muscular, el cadaver puede estar sucio...".

Serrulla, que ayudó en el caso de la identificación de los restos de los niños Ruth y José Bretón, apunta que aunque en principio se determinó que eran huesos de roedores “estaba claro morfológicamente que eran huesos humanos. Había elementos que determinaban que eran dientes infantiles”. Por último, ha recordado el caso del estudio de los huesos del apóstol Santiago el Menor, que determinaba que, aunque la historia contara una versión, lo cierrto es que “la reconstrucción del cráneo permitió identificar dos lesiones que podrían coincidir con la muerte de los tres golpes".

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