Señoras, señores, me alegro, ¡buenos días!
Ya es jueves. Es 23 de mayo del 2019. Hoy venimos hablándole de nombres propios como prácticamente todos los días, pero hoy como dice un amigo mío, “esto es remar y remar y morir en la orilla. Día sí y día también”. ¡Qué le voy a contar! Ahora si quieren profundizamos un poquito más en este aserto que define gráficamente muy mucho el tiempo nuestro en el que vivimos.
¿Nombres propios? Pues miren, yo a las 6 le contaba el de un español en América, un hispano-norteamericano en Estados Unidos, el de un americano en Madrid, el de un americano peruano para más señas, que es Roca Rey, que ayer vació literalmente a un toro, un toro que tampoco era un toro de carril, consiguiendo las dos orejas, enloqueciendo al público, transmitiendo como transmite, abriendo la puerta grande de Las Ventas, confirmándose como, evidentemente, el número uno ahora mismo del toreo: la figura que lleva gente a las plazas. ¿Por qué va la gente a las plazas más que otras veces? Porque hay una figura que les atrae, porque hay un tipo que les enloquece. Pues eso.
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Y el otro, el español allí es Pablo Ibar. Pablo Ibar, que saben ustedes, lleva 25 años sometido a un proceso, culpado y condenado por el asesinato de tres personas que él niega haber asesinado y, la verdad, culpado con pruebas, desde luego, con los ojos de la justicia europea, pruebas de escaso fundamento. Pero que ahora le han valido, al menos, para librarse definitivamente de la pena de muerte, conmutarla por cadena perpetua, y quién sabe si eso da un paso para una nueva apelación en la que se revisare el proceso y le ocurriera lo mismo que al que estaba condenado con él, el supuesto compañero del asesinato, que ha quedado libre por falta de pruebas.
Bueno, y luego Eduardo Punset, que ayer fallecía. Antes le recordaba una de sus frases más... Se la oí una de las últimas veces. “Somos la última gota de la última ola de un inmenso océano”. Esto para decir lo que somos realmente en la dimensión del tiempo, ¿no?
Vamos a ver, y luego hay otro nombre propio dentro de la túrmix política de España, que es Meritxell Batet. Meritxell Batet es la presidenta del Congreso de los Diputados. Meritxell Batet es la señora que, desde luego, está demostrando un manejo del arte del mareo de la perdiz prácticamente insospechado. Insospechado. No queríamos que fuera tan diestra en balear perdices o en lavarse las manos o en hacer de Poncio Pilatos. Esta la pones tú en el paso de Semana Santa de Poncio Pilatos y queda bien.
¿Por qué digo todo eso? Primero, porque Meritxell Batet colaboró en un espectáculo vergonzoso el pasado martes cuando permitió que los diputados presos por la causa soberanista que juzga el procés, prometieron o juraran lealtad a la Constitución con fórmulas absolutamente inadecuadas. No solo inadecuadas, sino, además, contradictorias. Meritxell Batet tenía que haberle dicho a cada uno de ellos: “Ustedes no tendrán la condición de diputado hasta que no prometan o juren como Dios manda”. Y lo que manda Dios es no hablar de Repúblicas o de presos políticos o de cosas que nada tienen que ver con la Constitución y que, además, con absolutamente contrarias. No lo hizo. No lo hizo.
Y ahora, después de que el Supremo le dijera que tiene que suspender a los diputados electos y confirmados después de este juramento tan particular, la señora Batet empieza a marear la perdiz. No quiere. ¿Por qué no quiere? ¿Y cómo hace querer que no quiere? Devolviéndole el caso a los jueces y diciéndole a los peces: “Ahora tenéis que ser vosotros, el Supremo quien lo haga, yo no”. Y luego cuando el Supremo, la Fiscalía ya se ha manifestado, no, no, tiene que ser usted, ella dira: Pues le voy a pedir un informe a los letrados de las Cortes.
¿Para qué marear la perdiz? Para que la suspensión no se produzca antes de las elecciones del domingo y no perjudique al PSOE, esencialmente al PSC, en la demarcación, las diferentes demarcaciones en Cataluña. Sencillamente para eso. Es decir, un puesto teóricamente imparcial, la tercera Magistratura de la Nación, está al servicio de la causa, de los intereses electorales de Pedro Sánchez, del Partido Socialista, y a lo que le dicta el Palacio de la Moncloa porque es muy fácil coger a la Mesa del Congreso y a la Mesa del Congreso decirle que hay que suspender a estos señores. Pero no lo hace.
Mire, la izquierda podrá marear la perdiz todo lo que quiera, pero tendrá que hacerse mayor un día de éstos, concretamente de esta semana o la que viene, y tendrá que tomar una decisión, y tendrá que dejar ese melifluo, esa pose meliflua supuestamente acogedora para con separatistas, nacionalistas y toda esa ralea.
Sería muy bueno para los intereses de España que se hicieran mayores. Sería muy interesante que se sacudieran complejos. Hombre, y que no esperen que sean los jueces los que les hagan el trabajo. Ya, pero claro, llegar a que en el primer o segundo día ya la presidenta del Congreso actúe a favor de parte, pues, hombre, es darnos una idea acerca de cómo viene la Legislatura.
Y hay una derivada que le vengo contando esta mañana. Si no suspenden a estos individuos, va a llegarse a la, esperemos que sea evitable, imagen del Rey recibiendo a estos señores por cuanto que los grupos parlamentarios les van a nombrar encargados de la negociación o encargados de las charlas o de los encuentros con el Rey. Esa ronda de contactos que hace el Rey para ver a quién le encarga la formación de un gobierno. Porque es exactamente, entrar dentro de su estrategia, estrategia que es compartida por los socios de Pedro Sánchez, la gente de Podemos que también quiere ver, efectivamente, a Junqueras y a Jordi Sánchez humillando al Estado, siendo presos acusados de rebelión, y entrando campando a sus anchas en el Palacio de la Zarzuela. Ya se encargará el Rey de que eso, en fin, sea observado debidamente de la forma en la que saben hacer esas cosas.
¿Pero eso cómo se evita? Suspendiendo a estos señores, cosa que no ha hecho. ¿Y esto, en cualquier caso, cómo se sigue evitando? Hombre, desde luego, no haciendo que la ronda de contactos empiece el lunes si estos señores todavía no están suspendidos porque tiene que ir con los nombres de los portavoces la señora Batet a ver al Rey y decirle: Tiene que recibir a esta gente. De ahí que haya que suspender. Pero hay unas elecciones locales en Cataluña, ayuntamientos, además de en otros lugares que le puede perjudicar o eso cree La Moncloa.
Bueno, pues, por cierto, atraviesa un buen momento la relación PSOE- Podemos para formar un gobierno. Vamos a disfrutar de lo lindo. Pero de lo lindo en esta próxima legislatura. Por cierto, el Congreso es el reflejo de lo q ue es España. Es un espejo. No nos creamos mucho mejores.