"Vi mi saliva con sangre fresca": el entomólogo Antonio de la Blanca relata su experiencia en el Amazonas

Existen muchas especies en el mundo, muchas de ellas desconocidas para el hombre. Los insectos son una de ellas que conforman la vida en la Tierra y ejercen un papel fundamental

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Vuelve a escuchar la entrevista de Alberto Herrera a Antonio de la Blanca, entomólogo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Existen alrededor de un millón de especies de insectos registradas en el mundo. Aunque no se sabe exactamente el número, se estima que podría oscilar entre los 430 millones de especies. El Amazonas alberga el mayor número de ellas.

Este martes, en ‘Herrera en COPE’, Alberto Herrera charla con Antonio de la Blanca, un entomólogo que ha pasado 18 años haciendo incursiones en la selva. Uno de los lugares más desconocidos y peligrosos del planeta. Antonio incluía en una de sus mochilas todos los medicamentos posibles y se adentraba en la selva para investigar.

Si una persona inexperta y sin experiencia quiere ir al Amazonas y no trae consigo medicamentos, se le puede complicar la vida de varias maneras. Es importante compartir los momentos con nativos de la zona que ayudarán a sobrellevar las condiciones adversas a las que uno se enfrente.

El Amazonas ocupa 7 millones de km², de los cuales 5,5 son pura selva. La selva, para Antonio, es “lo mejor que puedo observar y percibir, imagínate de pequeñito, soñando con organismos extraños que piensas que solo existen en los sueños. Asistir y penetrar en ese entorno para mí es lo máximo”, subraya el experto.

En el Amazonas hay lugares donde la luz no llega al suelo. “La oscuridad es tan densa que es muy difícil poder ir apreciando lo que te vas encontrando en el suelo”, explica el entomólogo. Cuando se entra en determinados entornos es necesario ir mirando hacia el suelo. “Fue entrar al Amazonas y me tropecé con una colonia de hormigas marabuntas”.

“En todos los niveles de la selva existe una clase de vida diferente y sorprendente”, subraya de la Blanca. La biodiversidad existente en la selva amazónica es asombrosa, pero aún queda mucho por descubrir. Para dormir en el Amazonas, el entomólogo estuvo un poco incómodo y cree que “hay que tenerle un poquito de miedo porque uno empieza a escuchar sonidos que no conoce”.

Respecto a como duerme, siempre ha optado por una hamaca: “En el suelo de noche hay una gran actividad y no nos podemos imaginar la cantidad de problemas que se nos pueden presentar”, incide. Pueden surgir altercados con especies y con ello sufrir una gran cantidad de enfermedades.

“He tenido encuentros de terror. Pasaba por debajo de un árbol donde estaba un jaguar. Fue de lo más terrorífico que me he encontrado en el Amazonas”, relata de la Blanca a Alberto Herrera acerca de una experiencia desagradable que vivió con un animal. Los mosquitos fueron los causantes de la malaria que sufrió Antonio, que hizo que su salud se agravase.

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Vuelve a ver la entrevista al entomólogo Antonio de la Blanca

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Una enfermedad desconocida: la histoplasmosis

Antonio de la Blanca vivió durante esa época en el Amazonas de primera mano los síntomas de una enfermedad llamada histoplasmosis. La histoplasmosis es el resultado de la fijación de la espora de un hongo, penetran en los pulmones, segregan sangre y si no hay una temprana curación uno puede fallecer desangrado.

“Estuvimos recolectando unos arácnidos en Venezuela, donde la vegetación era muy tupida. Estuvimos largo rato recolectando material. Pasados unos días vi mi saliva con sangre fresca”, explica rememorando la experiencia. Un médico le diagnosticó tuberculosis, pero buscó una segunda opinión y recibió un informe certero.

En una ocasión, Antonio se encontró con una etnia denominada Yanomami entre Venezuela y Brasil. Estas etnias han sufrido acoso para obtener beneficio y riqueza. En un primer momento, se puede notar un cierto rechazo. “Estas tribus valoran lo que tienen, su vida depende de ello, llevan mucho más tiempo en esa tierra”, afirma respecto a la vida y el entorno de estas civilizaciones.

Una vez, Antonio dio un plato de espaguetis a un miembro de una tribu y para su sorpresa, este, compartió con todos el plato de comida. “Eso nosotros no lo hacemos”, cree Antonio sobre esta acción.

A día de hoy, Antonio trabaja en el Parque de las Ciencias de Granada, donde conserva diferentes especies de artrópodos vivos. Hay entre 12 mil y 13 mil ejemplares sin montar. Para montar un insecto hay que acomodar el cuerpo del insecto, dejarle ver las alas… Un trabajo muy complicado.

“Hay algunos organismos que por el tamaño no los vamos a exponer completamente montados”. Afirma al respecto. “Los insectos son importantes para nosotros y la naturaleza. Constituyen los cuatro soportes que conforman la naturaleza”, considera sobre la importancia de esta especie.

Para evitar que a una persona le pique un mosquito debe ponerse manga larga, pantalones largos y utilizar repelente. “Lo principal es no meterse en sitios que no se debe y llevar ropa adecuada”, concluye.

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