Sigue el análisis de Carlos Herrera sobre los resultados de las elecciones catalanas a partir de las 8H

Los socialistas han ampliado su victoria en Cataluña al subir 9 escaños con respecto a 2021 y llegar a los 42, un resultado histórico que consiguen tras la política de distensión de Pedro Sánchez con la ley de amnistía. Carlos Herrera analiza desde las 08:00 horas cómo afectará al resto del país en el especial Herrera en COPE.

La victoria en votos y escaños del PSC acercan a Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat, pero los pactos que pueden hacerlo realidad son aún inciertos y, de entrada, solo hay cuatro alternativas que evitarían una repetición electoral: PSC + ERC + Comuns Sumar, PSC + abstención de JUNTS-ERC, PSC + PP + VOX, JXCAT + ERC + abstención de PSC.

El nuevo Parlament tiene tiempo hasta el 10 de junio para constituirse y, a partir de entonces, su presidente abrirá una ronda de consultas en la que Illa se postulará para una investidura que, si se agotan los plazos, tendría lugar como máximo el 25 de junio, que sería entonces la fecha del prometido retorno de Puigdemont.

Si el candidato a la investidura no obtiene el apoyo de la mayoría absoluta del pleno, como mínimo 68 de los 135 diputados, dispondrá de una segunda oportunidad, 48 horas después, en la que le bastará la mayoría simple, más votos a favor que en contra, y si tampoco lo logra empezará una cuenta atrás de dos meses para volver a intentarlo, con el 25 de agosto como plazo límite.

¿Qué pactos se darán?

La primera opción que salta a la vista es reeditar el tripartito de izquierdas de hace dos décadas, cuando el PSC gobernó en coalición con ERC e ICV-EUiA, antecesora de los comunes. Con los votos de los 20 diputados de ERC y los 6 de Comuns Sumar, los socialistas conseguirían la mayoría absoluta.

Más improbable que un tripartito, pero aún así un escenario numéricamente posible, es que Illa busque el apoyo de Junts, cuyos 35 escaños, sumados a los 42 del PSC, le permitirían ser investido en primera vuelta por mayoría absoluta. Pero Carles Puigdemont se ha pasado toda la campaña afirmando que en ningún caso investirá a Illa.

Tampoco es verosímil, aunque aritméticamente sí sería viable, una investidura de Illa con el apoyo del PP (15) y de Vox (11). En campaña, los populares no han cerrado la puerta a esta posibilidad, pero sí lo han hecho tanto los socialistas como el candidato de Vox, Ignacio Garriga, que descartó investir a Illa por considerarlo un "separatista" más.

Pese a la debacle del independentismo, Puigdemont puede sugerir una fórmula independentista presidida por él, pero que necesitaría de la abstención de los socialistas, a cambio de blindar el apoyo de Junts y Esquerra al Gobierno de Pedro Sánchez: "Estamos en condiciones de construir un Govern sólido de obediencia netamente catalana".

¿Cómo queda la posición de Pedro Sánchez en La Moncloa?

El PSOE vincula estos buenos resultados a medidas del Gobierno como la ley de amnistía pactada con Junts y ERC, que dio la llave de la investidura de Sánchez y que todavía está pendiente de su aprobación definitiva. Illa ya ha expresado su deseo de ir a la investidura consciente en cualquier caso de que será complicado.

Las opciones de gobernabilidad en Cataluña pueden tener consecuencias en las alianzas parlamentarias del PSOE en el Congreso de los Diputados con Junts y ERC, dos partidos de los que Sánchez depende para sacar adelante sus proyectos legislativos. Fue con estas formaciones con las que Sánchez pactó su investidura.

La amplia victoria de los socialistas en Cataluña llega tras los buenos resultados obtenidos en las elecciones vascas del pasado 21 de abril, donde pasaron de diez a doce escaños. Sánchez analizará este lunes en la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE los resultados de las catalanas.

El efecto inmediato de esta victoria es que el partido gana músculo para afrontar los comicios europeos del 9 de junio. Unas elecciones que según fuentes socialistas serán más complicadas y para las que Sánchez ha hecho una apuesta fuerte al impulsar como candidata a la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera.