El consejo del doctor Mario Alonso Puig para afrontar una conversación difícil: "Hay que hacerlo siempre"

Probablemente te haya encontrado alguna vez ante la siguiente frase: "Tenemos que hablar". ¿Cómo te has sentido al escucharla o leerla? Lo más seguro es que se te haya disparado un poquito el nivel de ansiedad y lo primero que pensamos es que he hecho yo mal. 

Las conversaciones difíciles son una parte de la vida y tenemos que saber cómo afrontarlas y, sobre todo, cómo prepararnos para que se desarrollen de la mejor forma posible. Por esto, el doctor Mario Alonso Puig nos invita a reflexionar en 'Herrera en COPE' sobre estas situaciones delicadas.

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Escucha la sección completa de 'Reflexionando con Mario Alonso Puig' de este viernes 24 de enero

Como médico, Mario Alonso Puig explica que es "hay que hacerlo siempre en un entorno amable. Es decir, no se puede dar una información dura en medio de un pasillo. Hay que buscar un sitio un poco más amable. Y la verdad sin compasión es crueldad".

"Toda verdad que puedas decir, oiga, pues mire, esta era la situación que nos hemos encontrado, no la puedes maquillar. Cuando hables con la familia después de la intervención quirúrgica, tienes que hacerlo con una sensibilidad, con una amabilidad, con un afecto que le quite hierro a una situación que de por sí es bastante difícil", aclara. 

¿Qué es una conversación difícil y por qué nos afecta pensar en tener una?

Define una conversación difícil como aquella que "está asociada al miedo a las consecuencias, está asociada a ofrecer una vulnerabilidad que puede ir en contra nuestra, o que está asociada a una determinada inquietud en el hecho de que cuando nosotros hablemos, hablemos de una forma que no sea la adecuada, es decir, que salga de nosotros una ira que genere un daño". 

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A la hora de prepararnos para tener una, ya seamos los receptores o los emisores, "lo más importante, aunque parezca mentira, es alterar la percepción que tengo de la situación". 

Esto se debe a que "no va a ser ya solo las palabras que salgan de mi boca, sino mi forma de mirarla, mi tono en la voz". Todo esto, aunque nos afecte de manera inconsciente, nos va a condicionar y a modificar nuestro comportamiento ante la conversación. 

"Si yo le digo a alguien, me gustaría saber cómo estás, pero se lo digo lleno de irritación, la persona, en lugar de entender que estoy interesado realmente, legítimamente, por cómo está, va a captar una tensión, va a captar una falta de afecto, que va a ser el elemento clave en esa conversación", pone como ejemplo. 

¿Son evitables estas conversaciones?

El doctor Mario Alonso Puig explica que "el problema surge cuando nosotros solo tenemos comunicación en momentos de crisis, en momentos de urgencia, y no tenemos comunicación habitual". 

El problema surge cuando una persona busca conversar imponiendo su punto de vista. Por eso, el cirujano comenta que "las personas que mejor he visto conversar, son personas tremendamente sabias, porque son muy humildes, y saben que hay algo de la realidad que se les está escapando, y entonces toman la disposición abierta e interesada de un niño".

Puedes escuchar la sección completa en el audio adjunto.