Joaquín Fernández, un poeta centenario: "El Espíritu Santo es mi mánager"

Del protagonista de la historia humana que Ana Medina trae a la Linterna de la Iglesia, Antonio Gala dijo: “Sus poemas no se sostienen solos. El sentimiento los levanta y mantiene, como debe ser”

Joaquín Fernández, un poeta centenario: "El Espíritu Santo es mi mánager"
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La Linterna de la Iglesia

Ana Medina

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Joaquín Fernández nació en Málaga el 20 de agosto de 1924. Hijo de Joaquín y María de la Cruz, con 2 hermanos, se ha ganado la vida en el sector del comercio, y sin haber podido terminar sus estudios a causa de la guerra, llegó a jefe de una multinacional. Su difunta esposa, Conchita, y él tuvieron tres hijos, y hoy permanece viviendo por su cuenta, aunque con ayuda. La que no le falta nunca es la compañía y cercanía de Dios.

«Mi creador para mí es lo primero de todo, porque veo que es amor, misericordia, es sabiduría, es potencia, es todo. En mayúscula, es mi Padre. Entonces digo, ¡no puedo tener este padre yo, que soy tan poco! Y me da hasta vergüenza rezarle», cuenta Joaquín.

Acaba de cumplir cien años, y dice que se está haciendo mayor, pero conversando con él, se da uno cuenta de que lo que se está haciendo ¡es niño!

Su fe, con el paso de los años, ha tenido muchas expresiones. Joaquín ha sido lector y acólito, sirviendo siempre donde se le necesitaba. Ha pasado por parroquias como San Lázaro, La Victoria, San Miguel… La mayor parte de su vida activa, 30 años, ha servido en la Catedral, en la que ha proclamado la Palabra de Dios ante cuatro obispos. Para él, un auténtico servicio de evangelización. Se emociona cuando recuerda cómo le paraban algunos fieles para darle las gracias por hacerles llegar tan hondo las lecturas.

En el ADN de Joaquín está, desde siempre, el escribir. Y también de eso se ha servido Dios. Hoy en día, tiene 20 libros, y ha sido premiado en múltiples ocasiones, y todo eso, también lo ha puesto al servicio del Evangelio.

La poesía llegó a su vida de la mano de su padre, que le leía poemas de Machado, Salvador Rueda, Rubén Darío…

Recuerda que «lo oía y me extasiaba. Alguna vez hicimos un soneto juntos para un concurso, y aunque no nos lo premiaron, esa espina ya la llevaba yo clavada en mi vida, y mis primeros verbos fueron a la Virgen María. Terminaba diciendo: "Te quiero tanto que si no existieras, mi amor y mi fervor te crearían".

Y después de esa primera poesía a la Virgen, vinieron muchas más. Joaquín tiene escritos alrededor de 2.000 poemas, más de 600 dedicados a hablar de Dios.

El obispo emérito de Málaga, D. Ramón Buxarrais, quiso firmar con él un libro a medias, comentando cada uno de los poemas que contenía. Y decía de la suya que es “una poesía que debía ser leída con el espíritu postrado de rodillas”.

Para Joaquín, es imposible releer muchos de sus poemas místicos sin llorar. «Entonces comprendo, explica, que no he sido yo el que ha escrito esos poemas. La solución la tiene que rezo al Espíritu Santo antes de escribir. Le hablo como si fuera "mi manager", y le he hecho tantos piropos al Espíritu Santo... le digo: "porque Tú has escrito conmigo"».

Sigue soñando con ver publicados sus últimos poemas hasta la fecha, porque sigue escribiendo y anda en busca de quien esté interesado en publicarlos. Y tiene hasta un blog en internet donde pueden encontrarse muchos de ellos.

Joaquín nos regala su poema favorito: "Acta est fabula". 

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