El sacerdote Florent Traoré explica la realidad de los cristianos perseguidos en Burkina Faso: "Lo han perdido todo"

El provincial de los Carmelitas Descalzos de Burkina Faso ha relatado en 'La Linterna de la Iglesia' que desde 2015 viven esta pesadilla, aunque la esperanza por la paz y la convivencia no se pierde

Burkina Faso
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Redacción Religión

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Burkina Faso era hasta hace unos años un país donde la convivencia era pacífica. Pero desde 2015, tras el golpe de estado que derribó al presidente Blaise Compaoré, la situación cambió y aumentó brutalmente la violencia por parte de grupos islamistas. Desde entonces, Burkina Faso, junto a Níger, Malí, Nigeria y demás países que conforman la región del Sahel viven inmersos en el epicentro africano del terrorismo islámico.

 

Se calcula que cerca de 3.000 personas han perdido la vida y en torno a dos millones de desplazados internos lo han perdido todo. La esperanza es la Iglesia, cuya fe permanece inquebrantable. Entre ellos se encuentra el Padre Florent Traoré, provincial de los Carmelitas Descalzos de Burkina Faso, quien ha relatado en 'La Linterna de la Iglesia' que desde 2015 viven esta pesadilla, aunque la esperanza no se pierde.

“Tenemos que seguir acompañando a nuestros hermanos y hermanas en esta situación y ayudar como podamos y dar mucha esperanza porque hay tantos muertos y malas noticias...”

"esperamos que en 2025 Burkina Faso sea un país de paz y convivencia”

Y es que en En Burkina Faso, más del 40% del territorio está bajo el control de grupos armados yihadistas. Hay dos millones de desplazados internos. Son familias que lo han perdido todo, que tenían un modo de vida humilde pero con dignidad.

“Hay muchos poblados que han tenido que desplazarse y muchas personas que han perdido todo porque viviendo en las aldeas tenían su terreno donde cultivar y una casa donde vivir, pero ahora con el terrorismo tuvieron que marcharse para salvarse y no tienen nada”, ha explicado el Padre Florent Traoré.

En este escenario de crisis humanitaria, a la que se une la persecución religiosa a los cristianos, la fe de la Iglesia permanece intacta: “Nosotros seguimos acompañando a la gente. No podemos movernos como antes, no se puede salir de la ciudad y tenemos que quedarnos allí para acoger y acompañar. Seguimos con la gente y esperamos que 2025 Burkina Faso sea un país de paz y convivencia”, confía el sacerdote.

La atención pastoral es la esperanza para muchos. El Padre Florent coordina la casa de formación de novicios donde Ayuda a la Iglesia Necesitada ha financiado varias becas. En este punto, ha agradecido la ayuda de la fundación pontificia: “Hay que dar gracias porque con estas ayudas responden al deseo más profundo de servir a Dios y a sus hermanos en una situación complicada”, ha aseverado el provincial de los Carmelitas Descalzos de Burkina Faso.

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