Ojalá este alto el fuego en Gaza nos lleve al fin de una guerra

Qué tal, muy buenas noches. Signos claros de esperanza. Esas fueron las palabras del Papa Francisco el pasado domingo durante el Ángelus refiriéndose a la necesidad de palestinos e israelíes en el día que comenzaba ese alto el fuego en Gaza que permitía poco a poco la liberación de rehenes y la entrada de ayuda humanitaria. Una esperanza que se palpaba en la alegría de muchas personas tras 15 meses de guerra.

La situación es compleja. La Iglesia en Tierra Santa recibía con alivio la tregua y llamaba a trabajar por la convivencia. No es fácil.  Las consecuencias de una guerra son terribles para la población que consigue salir adelante. Toca reconstruir no solo materialmente, también humanamente. Toca recomponer la vida. Y no sabemos el alcance que tantos años de conflicto han podido sembrar entre generaciones.

Y uno se pregunta si este alto el fuego significa que la paz ha llegado. La paz de verdad, la que perdura en el tiempo. Sinceramente, debemos ser prudentes, hay que solucionar muchos asuntos. Se presentan grandes retos políticos y sociales a los que toca responder con coherencia y sentido común, dejando de lado intereses que no llevan a ninguna parte. De lo que si estoy segura es que este acuerdo es un paso importante y positivo que debemos mirar con esperanza.

Ojalá este nuevo alto el fuego en Gaza nos lleve al fin de una guerra, a una tregua definitiva y que las negociaciones que haya que llevar a cabo se desarrollen de forma pacífica y que aporten una solución real a este conflicto que tanto daño ha hecho ya a la vida de tantas personas.

Soy Irene Pozo. Escuchas 'La Linterna de la Iglesia'. Hoy es viernes, 24 de enero.