Ramón Valdivia, sobre el documento 'El Obispo de Roma': "Se necesita una unidad visible"
El presidente de la Subcomisión de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal ha analizado en 'La Linterna de la Iglesia' el documento 'El Obispo de Roma'
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Han pasado casi treinta años desde que el Papa Juan Pablo II en 1995 invitase a todos los teólogos y líderes de todas las iglesias establecer un diálogo acerca de la forma de ejercer el ministerio de unidad del Obispo de Roma, con el objetivo de superar uno de los principales escollos que impiden la unidad entre los cristianos ortodoxos, protestantes y católicos.
Este jueves, el Vaticano ha dado un paso al frente y ha publicado 'El Obispo de Roma': un documento que no solo es una síntesis de los textos donde se recogen los diálogos de la Iglesia Católica con los ortodoxos y protestantes desde el Concilio Vaticano II, sino que también se le da una dimensión actual al concepto del Primado de Pedro. A su vez, se sugieren prácticas de trabajo para buscar esa unidad de todos los cristianos.
“El Sucesor de Pedro es el principio y fundamento de la unidad"
El presidente de la Subcomisión de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, Ramón Valdivia, ha explicado en 'La Linterna de la Iglesia' que en el Catecismo de la Iglesia Católica “el Obispo de Roma y Sucesor de Pedro es el principio y fundamento de la unidad entre todos los obispos y de toda la Iglesia, con unas funciones específicas y una potestad suprema que se debe ejercer en libertad”.
Un reconocimiento a la figura del Papa que tiene su origen cuando Cristo instituye a los doce apóstoles y “pone a Pedro al frente de él, de manera que los apóstoles forman un colegio apostólico pero que tiene una implicación específica de Pedro entre ellos”, tal y como se recoge en el Evangelio de San Mateo, cuando Jesús entrega la llave a Pedro y le instituye pastor de todo el rebaño.
Ramón Valdivia ha señalado que este hecho ha generado un desencuentro entre los cristianos, que ya se recoge en el libro de 'Los Hechos de los Apóstoles' en torno al primer concilio de Jerusalén, y que a partir de ahí se van ampliando.
“Esas disputas generan corrientes diversas de comprensión del concepto de Iglesia, y todo esto aparece en la gran ruptura de 1054 entre Oriente y Occidente”, y que se pone de relieve en elementos como “la doctrina del Filioque, la profesión del Espíritu Santo, el uso litúrgico del pan ácimo y sobre todo una reivindicación de la jurisdicción universal del obispo de Roma sobre las distintas petarquías que significan unas extensiones más allá de lo que es el obispo metropolita y que serían las cinco iglesias fuertes: Roma, Constantinopla, Alejandría, Antiopía y Jerusalén”, ha explicado el también obispo auxiliar de Sevilla.
A ello se suma, ya en el siglo XVI, las relaciones entre la Iglesia anglicana y luterana donde “este modelo de unidad se ve fracturado y que recoge el Concilio Vaticano II”, ha detallado Valdivia en 'La Linterna de la Iglesia'.
"El Papa tiene capacidad de proclamar infaliblemente la fe de la Iglesia”
Sobre la Infalibilidad del Papa que recoge el documento 'El Obispo de Roma', el presidente de la Subcomisión de Relaciones Interconfesionales del episcopado ha señalado que en el Concilio Vaticano II no se expresa que el Pontífice es infalible “sin más como elemento personal del Papa, sino que tiene la capacidad, con ciertas condiciones, de proclamar infaliblemente la fe de la Iglesia”.
En este sentido, Ramón Valdivia ha recalcado que el texto vaticano quiere mostrar que esta infalibilidad “no está ligada al sujeto que lo proclama, sino a una doctrina más desarollada y radicada en la fe de la Iglesia.
El obispo auxiliar de Sevilla ha aclarado a su vez que 'El Obispo de Roma' no es un Vademécum “de acciones que debamos desarrollar para aplicar decisiones ecuménicas cualquier cristiano, sino que es un documento de estudio en el ámbito de la doctrina que puedan desarrollar especialistas”, ha precisado.
Cuestionado por la necesidad de una primacía a nivel universal en la Iglesia que recoge los diálogos teológicos, Ramón Valdivia lo justifica bajo la premisa de que “se necesita una unidad visible”, máxime en un contexto de globalización.
“Hay necesidad de unión en la misión que pueda sostener las iglesias en un proyecto único. Ahora bien, no vale ningún proyecto mitico del primer milenio sin adaptarnos a las circunstancias actuales”.
"El documento es un caminar juntos hacia esa vocación de primacía universal"
A juicio del responsable de la Subcomisión de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, lo que persigue el documento del Vaticano es “buscar fórmulas en la que se vincule la vocación de servicio de amor reconocido por unos y otros. Ese es el espíritu de este documento, que da respuesta a esta necesidad de unidad. Es un caminar juntos hacia esa vocación de primacía universal que es reconocido siempre y cuando se perciba esa vocación hacia el amor”, ha expresado.
De esta manera, Ramón Valdivia considera que ese están dando pasos “que nos ayudan a comprendernos mejor entre la Iglesia de Oriente y Occidente”, y asegura que todos están llamados a reconocer a Cristo al ser “el primer sujeto de toda acción eclesial”, siendo este el verdadero camino sinodal, “caminar juntos a una verdadera conversión y reconocimiento de que en el servicio está la verdad de nuestra vida”, ha apostillado.