La manera de actuar en tu trabajo que te puede ocasionar un problema de salud mental: "Es muy negativo"

La neuropsicóloga Aurora García Moreno explica en La Linterna por qué el ser humano tiende a la auto humillación y cuál es la personalidad común en este tipo de personas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Seguro que más de una vez te has sentido mal contigo mismo cuando has fallado en algo o no ha salido como esperabas. Esa situación es normal, pero se convierte en un problema cuando esa sensación se vuelve habitual o cuando caemos en la auto humillación.

La neuropsicóloga Aurora García Moreno explica en La Linterna por qué el ser humano tiende a la auto humillación: “Porque las personas deseamos ser querido en todos los ámbitos. El problema está cuando ese deseo se convierte en una necesidad a cualquier precio y empezamos a dar más valía a la perfección de otros. Y estas personas empiezan a cuidar excesivamente su manera de comportarse con los demás por la necesidad de obtener el reconocimiento social”. A mayor necesidad de aceptación, buscan mayor aprobación. Este es el bucle que lleva a estas personas a caer en trastornos psicológicos.

La causa principal que lleva a una persona a humillarse es “la condición de la desventaja”. Aurora explica que “la dependencia económica impide romper relaciones de amistad, trabajo o pareja. Esto hace que soporten personas que no les tratan bien o situaciones humillantes”, por ejemplo las relaciones tóxicas de trabajo”. La neuropsicóloga describe cómo “existen personas que abusan de su poder y se aprovechan de las necesidades económicas de los trabajadores que siguen órdenes humillándose por miedo a perder el trabajo porque es su modo de vida”.

La personalidad de aquellos que tienden a la auto humillación

El perfil de estas personas tiene rasgos en común: “No se valoran, tiene una percepción muy negativa de sí mismos, son muy vulnerables, muy perfeccionistas, tienen poca confianza en sus actos y mucho miedo a mostrar su verdadera forma de ser”. Tratan de proyectar una imagen que no es la suya ante conocidos e, incluso, ante personas que acaban de conocer y que no van a volver a ver más.

La rabia, la ira, la tristeza, el sentimiento se culpa... son algunas de las emociones que genera la humillación, pero si persiste las consecuencias pueden ser muy negativas, llegando a convertirse en un trastorno. “Hay un estudio en el que se comprobó que aquellas personas que tienden a la auto humillación, su actividad cerebral era más intensa que la alegría y más negativa que la ira, y aquellas áreas que estaban vinculadas al dolor se activaban”, desvela.

Para poner solución a este problema, hay que aceptar que no se puede tener el control de todo y que existen problemas, tomando conciencia de los errores. Además, una de las principales claves para comenzar a mejorar es trabajar en la aceptación de uno mismo. La neuropsicóloga explica que el foco de intervención “tiene que ir dirigido a ajustar esas creencias que distorsionan la percepción de sí mismo”.

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