Una neuropsicóloga señala el truco mental para no procrastinar en las tareas de casa: lo usan los camareros
En 'La Linterna', Aurora García Moreno cuenta las claves sobre cómo afrontar los quehaceres que provocan ansiedad
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las causas para no empezar a hacer alguna actividad o no terminarla pueden ser muchas. A veces lo llamamos pereza y otras, inseguridad. Seguro que has pensado más de una vez "luego hago esa llamada" o "esta tarde acabo lo que tengo pendiente". Sin embargo, la realidad es que lo has evitado por todos los medios. En definitiva, todos hemos procrastinado.
Sobre ello, Ángel Expósito ha conversado, en 'La Linterna', con la neuropsicólga Aurora García Moreno. La doctora ha resaltado la importancia de la gestión de las emociones y ha explicado a qué se debe este tipo de actitud.
Afecta a la autoestima
Aunque todos lo sufrimos en algún momento, no está reconocido como trastorno. Sin embargo, ha dicho la psicóloga, puede repercutir en la salud mental con el paso del tiempo. "La acumulación de tareas pendientes va a afectar a la autoestima. La persona deja de confiar en sí misma con pensamientos negativos recurrentes que, dependiendo de cada persona, puede llegar a una depresión", desgranaba. Igualmente, estas ideas pueden repercutir en el rendimiento académico, en el trabajo o en el crecimiento personal.
Aurora García le ha contado a Expósito que actuamos de esta manera porque nos enfrentamos a actividades que generan miedo o por no vernos capacitados de hacerlas. "Hay una tendencia del ser humano a eliminar lo que es molesto antes de cerciorarse si está preparado para ello", apuntaba. De esta manera y de forma inconsciente, se refuerza la idea de postergar. "La mente intenta eliminar la ansiedad realizando otra actividad más sencilla, pero este alivio dura muy poco y vuelve ese malestar", proseguía diciendo.
Un "denominador común"
El director de 'La Linterna' ha planteado si existe algún tipo de "denominador común" en las personas que postergan, a lo que la neuropsicóloga ha respondido afirmativamente. "Generalmente, tienen dificultades cuando las demandas del entorno están en desproporción a sus recursos, causándoles ansiedad o estrés", explicaba. Suelen ser individuos perfeccionistas, que dan una "excesiva importancia" a ejecutar los quehaceres sin fallos y que tratan de tener todo bajo control, hasta lo que escapa a su alcance.
Para poder 'tratar' la procrastinación, la doctora insiste en proporcionar herramientas para la gestión emocional "porque no es un problema de organización o ser un vago". Insistía en la necesidad de un "aprendizaje de estrategias de afrontamiento para exponerse a esas situaciones, de hacer una reinterpretación de las circunstancias".
Los camareros lo utilizan
En concreto, hablaba del 'efecto Zeigarnik', que explica que el cerebro recuerda mejor las tareas que no están acabadas a las que ya están realizadas. Lo ejemplificaba con la figura del camarero, que es capaz de recordar qué ha pedido cada persona. "Por ello, un buen ejercicio es iniciar las tareas dividiéndolas en tiempos".
El objetivo que de esto es adquirir el hábito de organizarse. Para ello, ha propuesto la 'regla de los dos minutos', que consiste en hacer todo aquello que se pueda efectuar en los dos próximos minutos, en vez de posponerlas. También, agendar una fecha de finalización, junto con evitar "ser auto-exigentes, porque eso aumenta el nivel de ansiedad", concluía.