Luis del Val: "Hay más descubrimientos para acabar con la vida de una persona que para curarla del cáncer"

El maestro, Luis del Val, reflexiona en La Linterna sobre las técnicas de espionaje utilizadas hace años y actualmente

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Luis del Val: "Hay más descubrimientos para acabar con la vida de una persona que para curarla del cáncer"

Luis del Val

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Mira, te confieso que yo lo poco que conozco de los servicios secretos ha sido a través de las novelas de John le Carre, protagonizadas por Smiley, que trabajaba para el M16. Luego he tratado a un par de espías de verdad. Y las pocas cosas que me narraban tenían escasa épica, mucho trabajo y la incomodidad de cumplir con los deberes burocráticos. Sin embargo, uno de ellos me produjo un gran respeto. Coincidimos en un congreso internacional en un país de América del Sur.

Yo tenía que defender una ponencia y al segundo día me dijo qué congresistas pertenecían al Partido Comunista de sus respectivos países. Y no se equivocó, como pude comprobar a lo largo del congreso. Te advierto que los partidos comunistas en algunos de esos países estaban prohibidos. De espías con licencia para matar, pues recuerdo las novelas de Jan Fleming llevadas al cine y protagonizadas por Sean Connery. Vi las dos primeras y luego me resistí a ver más.

Parece que ahora con la tecnología digital los asesinatos son más sofisticados. Dentro de nada te regalarán un reloj de esos que cuentan los pasos que das, sintonizan emisoras de radio y otras muchas cosas menos planchar camisas y a lo peor un mal día explotas y eres de los servicios de espionaje, contraespionaje o similar. Lo de que te pongan una bomba en el teléfono móvil o en un patinete eléctrico es un avance en la carrera del crimen sofisticado.

Confieso que cuando este año vengan los reyes y vea esos cochecitos que se mueven con un mando a distancia, procuraré ponerme lejos no sea que el niño tenga un padre o una madre espía. Hay más descubrimientos para acabar con la vida de una persona que para curarla del cáncer. Ya lo decían a finales del XIX, en 1894 en la verbena de la paloma, hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad. En 2024 al asesino lo puedes llevar en tu bolsillo sin saberlo.

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