Un padre de Valladolid lleva a su hijo a los karts y el niño toma una decisión que les cuesta 35.000 euros al año
Expósito cuenta la historia de Fernando y Hugo, de Cabezón de Pisuerga, a los que un rato en los karts cuando el pequeño tenía sólo 5 años le salió más caro de lo que pensaba
Madrid - Publicado el
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Apenas unos días después del Día de Reyes en España, sus majestades de Oriente han tenido que dar buena cuenta de lo que cuestan algunos hobbies o deseos de algunos de los más pequeños, que no entienden de precios o costes. Una situación que, por supuesto, también viven muchos de los 1.944.800 padres con hijos que hay en nuestro país, según el Instituto Nacional de Estadística.
Pero hay un padre de la localidad vallisoletana de Cabezón de Pisuerga, al que una inocente visita a unos karts de alquiler cuando su hijo apenas tenía cinco años le ha terminado costando mucho más de los 30 euros que puede costar un juguete para un cumpleaños. Así lo contaba su hijo Hugo, ahora con 14 años, en La Linterna: “Yo jugaba con los coches de juguete, me empezaron a gustar los coches y a los cinco años tuve la oportunidad de poder montarme con mi padre en un kart de alquiler”.
Un día en los karts de Valladolid
Y es que la mayoría de niños que practica deporte se decanta por los más tradicionales, fútbol, baloncesto, natación, atletismo... Al menos eso era hasta que un tal Fernando Alonso comenzó a ganar carreras e hizo que de un día para otro nos empezaran a sonar términos como boxes, pole position o pit stop.
Su ejemplo ha cundido y son varios los niños que suenan con dedicarse al automovilismo. Es el caso de Hugo Santamaría, de un municipio de Valladolid, que hoy está peleando por hacerse un hueco en un mundo muy inaccesible, pero para el que todo empezó una tarde de juegos con su padre. “Eso me dio más ganas de conducir un coche, empecé a hacer varios cursos, me metí a varios campeonatos como el Open Renault, que gané todas las carreras y quedé primero en 'qualy' y el OpenRacc que también lo gané”, cuenta el joven a Expósito.
35.000 euros al año
Hugo apuntaba maneras desde pequeño y, gracias a su gran talento, consiguió correr durante un año para el equipo de karts de Fernando Alonso, su gran ídolo. Aun así, hablamos de un mundo muy caro. Su padre, que también se llama Fernando, afirma que correr durante un fin de semana cuesta en torno a 6.000 euros y que, al año, se gastan más de 35.000. Eso sin contar hoteles ni desplazamientos y en campeonatos menores.
Su gran objetivo, aun así, es dar un paso adelante, como el propio Hugo avanza: “Mi gran objetivo es poder continuar en este deporte y poder hacer algún campeonato mejor como es el valenciano o hasta el campeonato de España”.
Para eso necesitan encontrar un patrocinador o un equipo que quiera correr con los gastos. No es fácil y muchos se quedan por el camino. Pero lo que no les falta, tanto a Hugo como a sus padres, es ilusión y pasión por los coches. Hugo no concibe un futuro sin velocidad, neumáticos o motores. “Que pueda conseguir en este mundo cualquier cosa, pero que esté relacionado con el automovilismo”, insiste el chico en La Linterna, que deja claro que quiere “vivir del automovilismo básicamente, cualquier cosa”.
El miedo del padre, Fernando
El nivel al que está llegando ya empieza a dar miedo. Los karts que conduce alcanzan más de 115 kilómetros por hora en recta y es inevitable sentir miedo. Los padres lo pasan mal, pero les compensa con tal de ver feliz a su hijo.
Lo que sí que les preocupa es pensar que todo el esfuerzo pueda quedarse en nada, como el propio padre asegura a Expósito. “No se ha hecho mal, simplemente porque no se ha podido”. Y es que, insiste, por ganas no es, también les da respeto. “Nos da bastante respeto y también vemos que llega a un punto que parece una locura lo que estás haciendo”.
Da bastante respeto y también vemos que llega a un punto que parece una locura lo que estás haciendo"
Padre de Hugo Santamaría, aspirante a piloto
En cualquier caso, a Fernando reconoce que eso es algo que “le pasa a la mayoría de los padres que están en este deporte”. Hugo es un chaval con la cabeza muy bien amueblada, es realista con sus opciones y es muy consciente del sacrificio tan grande de sus padres, a los que les agradece todo lo que han hecho por él. Sin ellos no habría podido ni siquiera soñar con competir en el alto nivel.