"Se va Errejón, un chaval engreído con graves problemas psicológicos y hasta penales, por no meterme en más problemas"

Ángel Expósito analiza en La Linterna los comportamientos del hasta ahora miembro de Sumar y Más Madrid, que ha sido envuelto en un escándalo en los últimos días

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El tema sigue siendo Íñigo Errejón y todo lo que rodea su cese, expulsión, despido porque no es una dimisión, dejémonos de historias, no seamos ingenuos. A este personaje se lo han cargado los suyos y las suyas, aunque conocían toda la inmundicia desde hace tiempo. Se lo han cargado cuando el hedor se ha hecho insoportable, incluso para todo progresista, extremista y feminista. Y es que a todos les da por lo mismo. Ya te vale tío.

Es verdad que en España somos especialistas en entierros, que enterramos estupendamente, que somos campeones aizkolaris en hacer leña del árbol caído, pero también es verdad que algunos, será por los años en el oficio, por haber sido camarero antes que periodista, algunos echamos un sentido del olfato un tanto particular, porque ¿quién era o quién es Iñigo Errejón? Pues un alumno aventajado de Pablo Iglesias y de Monedero, que puede salir mal, que se creyó la patraña de sus jefes, que se ilusionó con Podemos, que se vio como un líder chavista en España y al que se le ha ido la pinza y otra cosa.

En efecto el personaje se ha comido la persona. Iñigo Errejón no ha sido nadie en política, no lo fue jamás y ahora tampoco. Así que primera conclusión, no abandona la política un Churchill, un Suárez ni un Obama, no. Se va a un chaval engreído con graves problemas psicológicos y hasta penales, por no meterme en más problemas. Segundo, es cierto que lo primero son ellas, las víctimas, acusadas, agredidas, abusadas, pero lo digo como lo siento, ¿por qué no denunciaron antes? Porque no son pobres maltratadas por un machista sin escrúpulos y lo siento, ¿por qué se lo callaron? ¿Por qué Errejón era el poderoso líder o jefecillo de un partido? Que se lo hagan mirar para no ser ejemplo de silencio de posibles víctimas de otros seres como este.

Tercera pata, si es verdad, como dice Pablo Iglesias, que de esos abusos de Errejón se hablaba en los corrillos desde hace un año, ¿por qué no lo denunció nadie? ¿Desde cuándo lo sabía Yolanda Díaz, vicepresidenta del gobierno, súper divina de la muerte y súper pijaprogre? Es más, esa supuesta adicción al sexo, esas denuncias que ahora aparecen en fila, ¿son recientes? ¿Esto le ha salido así de repente o ya era así Errejón? Leo en el confidencial algo así como, su mar ya tiene su Ábalos. En efecto, añade salvando las distancias.

Más allá de los distintos modelos, usos, machismos, vicios o problemas psicológicos, es cierto que el discurso de algunos se cae por su propio peso, el discurso de algunos y de quienes tapan los comportamientos de otros a sabiendas. Visto desde fuera me planteo cómo es posible que un tipo o unos tipos absolutamente privilegiados se buscan la ruina de por vida con actitudes tan repugnantes, tan machistas. Intento razonar cómo puede caer ahí abajo y sólo encuentro una razón, se creen impunes, todopoderosos, no son capaces de frenar sus instintos más animales porque el poder, el personaje y su importancia se los come, intocables y acaban destruidos, humillados, condenados públicamente de por vida y sin honor, por mucho que lo reclame.

Por cierto, una penúltima pincelada sobre Iñigo Errejón, sobre su comunicado de despedida. En efecto, este hombre tiene un problema, porque, muy gordo. Sólo así se entiende esa sarta de estupideces, que si el patriarcado, el neoliberalismo, ideas hermosas, la fama, la estructura física y mental, la subjetividad tóxica, la emancipación de la empatía y termina con un abrazo fraternal. Pues mira, casi mejor macho que no abraces a nadie. No abraces Iñigo, porque menuda empanada mental, menudo mogollón de eufemismos y polisílabas para tapar lo único. Machismo, poder y abuso repugnantes.

Por cierto, esta mañana me lo ha recordado Sonia Ferrer, aquello de las actitudes denunciadas contra Errejón. Y me ha recordado aquello de que Pablo Iglesias le escribió a Monedero. “La azotaría hasta que sangrase. Esa es la cara B de Leo Nacional Popular. Un marxista algo perverso convertido en un psicópata”. Cierro las comillas. La destinataria era Mariló Montero. La azotaría hasta que sangrase. Del maestro al alumno. De aquel machismo por escrito de Pablo Iglesias a este Errejón y a quienes lo sabían.

Ah, y mi postdata. No se me va de la cabeza una enganchada que tuve con el propio Errejón. Estábamos en Cúcuta, en el puente Simón Bolívar, entre Venezuela y Colombia, en el comedor de la iglesia de La Parada, con miles de venezolanos hambrientos, haciendo cola por un plato de arroz con pollo, con decenas de mujeres venezolanas prostituyéndose hasta lo más humillante para comprar unos pañales. Nosotros, en aquel ambiente de terror, cuando Íñigo Errejón escupió esto... este era el nivel. Este es el nivel del pollo. Y ahora, ¿de qué nos sorprendemos?

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