"Mi casa será casa de oración"

Evangelio según san Lucas (19, 45-48) y comentario de José María Calderón, director nacional de OMP

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Redacción Religión

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Primera Lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (10,8-11)

Yo, Juan, escuché la voz del cielo que se puso a hablarme de nuevo diciendo:

«Ve a tomar el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra».

Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el librito. Él me dice:

«Toma y devóralo; te amargará en el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel».

Tomé el librito de mano del ángel y lo devoré; en mi boca sabía dulce como la miel, pero, cuando lo comí, mi vientre se llenó de amargor.

Y me dicen:

«Es preciso que profetices de nuevo sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 118,14.24.72.103.111.131

R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!

V/. Mi alegría es el camino de tus preceptos,

más que todas las riquezas. R/.

V/. Tus preceptos son mi delicia,

tus enseñanzas son mis consejeros. R/.

V/. Más estimo yo la ley de tu boca

que miles de monedas de oro y plata. R/.

V/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa:

más que miel en la boca! R/.

V/. Tus preceptos son mi herencia perpetua,

la alegría de mi corazón. R/.

V/. Abro la boca y respiro,

ansiando tus mandamientos. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,45-48)

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:

«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”».

Todos los días enseñaba en el templo.

Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.

Palabra del Señor

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